“¡Estoy horrorizado! No sé si el mundo está lleno de hombres inteligentes que lo disimulan... o de imbéciles que no se recatan de serlo” 

M. Brickman

Jefa de Gobierno de la CDMX

  

Doctora: Aunque a final de cuentas sea su responsabilidad lo que hacen y dejan de hacer los integrantes de su administración, es verdad que usted no debiera tener culpa de las tonterías y atropellos que algunos burócratas faltos de criterio cometen.

Le expongo sucintamente un caso: Por décadas en el claro de los viveros de Coyoacán se han reunido diariamente decenas de toreros y aspirantes a entrenar de salón el toreo. Ahí han convivido con quienes acuden a hacer ejercicio o pasear, sin molestar ni ser molestados.

En todos estos años jamás se ha suscitado un problema o conflicto. Hoy con un oficio en mano y argumentando el “reglamento de los viveros”, policías impidieron que los toreros utilizaran sus “ayudados” (estoques simulados de aluminio) y espadas bajo el argumento de que eran armas blancas. Alguien más dijo que las “parihuelas” (cabezas de toros hechizas montadas sobre una estructura con una rueda de bicicleta) tampoco podían emplearse en la zona porque están prohibidas las bicicletas.

Le invito a que revisemos juntos archivos históricos de cualquier dependencia de seguridad o de hemerotecas y encontremos una ocasión en que se haya utilizado un estoque de torear para realizar un asalto o crimen. ¡No lo va a encontrar!

Habría que empezar por explicar que los estoques simulados y las espadas de verdad son instrumentos de trabajo y dado que el toreo es una actividad lícita, quienes lo practican profesionalmente o de manera amateur pueden emplearlos libremente.

Porque si ese es el concepto, se tendría que prohibir el uso de cuchillos cebolleros en todas las taquerías y los practicantes de las artes marciales japonesas que utilizan espadas no podrían utilizarlas, ni los Masones en sus rituales; de la misma manera no podrían cargar sus destornilladores los mecánicos, electricistas y demás

Quienes acuden a los viveros son personas sanas y de bien que se dedican a hacer ejercicio y prepararse.

La espada de torear es parte de la tauromaquia y los taurinos le tienen un profundo respeto, tiene una sola utilidad: matar toros bravos.

Si la queja de un antitaurino seguida de un exceso de cumplimiento del deber de un servidor público de estrechísimo criterio, nula preparación y mucho menor capacidad de investigar provocan estos daños, estamos mal, muy mal.

Sí, estamos en la 4ª. Transformación, pero esta no es igual a los tiempos de Pancho Villa, aquellos de “primero jusilo y luego viriguo”.

Atenta y respetuosamente le solicito ponga orden y dejen a los toreros en paz, Ellos no merecen ser tratados como delincuentes.