Es el senador más joven de la actual legislatura. Su participación en el Senado ha sido la mayor parte de las veces inocua o, dicho de forma coloquial, “mucho ruido y pocas nueces”.

En otros momentos ha sido tachado de infantil, como cuando compartió su viaje a Dubai en sus redes sociales. Yo no lo considero así; al final viajó y gastó con su dinero y compartió algunas cosas que le parecieron interesantes.

Lo anterior no quita que sí la regó en la forma en que comunicó en días pasados que en el ISSSTE, a médicos y enfermeras, les pedían registrar los posibles casos de coronavirus como influenza estacional.

Tiene razón Verónica Malo en su artículo en El Heraldo en así señalarlo. Ya bastante pánico e incertidumbre existe respecto al tema como para hacer más ruido y, peor aún, sin tener pruebas para su dicho.

Cierto también, que dado el desarrollo de la pandemia y lo que a muchos parece poca acción del gobierno para combatirla, haya condiciones para que sean creíbles declaraciones absurdas como las del senador García. Pero por lo mismo es requisito necesario que muestre pruebas, ¡máxime siendo miembro de la legislatura federal! Su responsabilidad es conforme a sus investidura, o debería serlo.

Utilizar la palestra del Senado para hacer ese anuncio, sin lugar a dudas le dio un amplio auditorio y su histeria ha inundado las redes sociales. Si lo que buscaba era espacio de forma gratuita, vaya que lo ha conseguido. Pero dado su cargo, se debería exigir que si se realizan ese tipo de anuncios se hagan respaldados por pruebas.

Como muchos, considero que el gobierno federal se ha visto lento de reflejos para enfrentar la pandemia. Ha sido omiso en prohibir eventos masivos y en implementar medidas mínimas de prevención. Mejor el Tec de Monterrey ha cerrado sus institutos y algunos gobernantes han movido eventos masivos para fechas posteriores. De hecho, mejor Barbosa de Puebla (Morena) canceló la feria de Puebla, que Martín Orozco Sandoval de Aguascalientes (PAN) la feria de San Marcos.

El coronavirus sigue siendo el gran desafío tanto para la comunidad científica como para el mundo en general. Las decisiones respecto a la misma, deben ser firmes e implementadas a la brevedad.

Enfrentamos también con el coronavirus, dos plagas que son igual o más dañinas que la epidemia per se: tanto el pánico a lo desconocido con sus implicaciones y la indiferencia o valemadrismo. Los dos igual de peligrosos. No se debe abonar al primero o unirse al segundo. Hoy más que nunca se requiere autoridades comprometidas y capaces para velar por el bien común.

Qué lástima que  Samuel García, siendo senador y teniendo tanta responsabilidad, genere pánico sin pruebas. Eso es criminal. Qué lástima que el gobierno federal, por su manejo de la crisis en general, genere la situación perfecta para que ese tipo de dichos puedan ser creídos.

Es válido y necesario ser oposición, pero responsable. Ejemplo, Estados Unidos, donde a la declaratoria de Estado de emergencia de Trump, el congreso de forma unánime apoyó la medida y sus costos. El Congreso norteamericano es demócrata y Pelosi, su líder, es antagonista del presidente en toda regla. Pero saben uno y otros que en estos momentos deben trabajar de forma más que coordinada.

Lo mismo requerimos del poder legislativo en México y, más, del poder ejecutivo. No coadyuvar al pánico ni minimizar la epidemia. Urgen medidas por parte de las autoridades. Lo demás es no entender su responsabilidad y dejar a México y a su población en un estado de pánico y completo desamparo.

El pánico debe ser combatido; la irresponsabilidad y la indolencia también.