Tal parece que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, apostó su futuro político y el de su partido, el de los Republicanos, a una sola carta: la de la construcción del muro en su frontera sur y los ataques reiterados a México, de que nosotros pagaremos el dichoso muro.

Paralización del gobierno por berrinche

Lo que nunca había pasado en la nación más poderosa del mundo, su gobierno lleva paralizado casi un mes, lo que ha afectado a por lo menos 800 mil empleados públicos.

La razón por la cual no han podido llegar a un acuerdo con los Demócratas es porque Trump insiste en que no firmará una ley para financiar las actividades no esenciales del gobierno federal, lo que aproximadamente afecta a un 25 por ciento de toda la fuerza laboral del Estado, mientras no se incluyan en la misma unos 5.700 millones de dólares que dice, necesita para construir un muro y reforzar la seguridad en la frontera con México.

Ante la incapacidad de negociar con su Congreso y con el partido Demócrata, Trump insiste en tratar de ganar su batalla con sus tradicionales bravuconadas en contra de México, y tratar de asustar a los demócratas y a México al asegura que si el Congreso de su país aprueba el T-MEC México pagará el muro muchas veces más, incluso, en un acto de prepotencia e irresponsabilidad, se apersonó en la frontera con México para provocar a migrantes y autoridades.

La respuesta de México

Ante esto el presidente López Obrador y la cancillería han mantenido un silencio sepulcral.

La pregunta ahora es ¿por qué en la campaña presidencial del año pasado, cada que el bravucón de Trump vociferaba estupideces, el gobierno de Peña Nieto reaccionaba a dar una declaración en su contra de inmediato?

AMLO: inteligencia y prudencia

Pues la respuesta es clara, el presidente López Obrador y la cancillería están actuando con verdadera inteligencia y prudencia, hacen lo que políticamente es correcto, con ello fijan una posición de México por encima de lo esperado.

El gobierno del presidente López Obrador entiende muy bien que el problema de Trump y el muro, es un asunto doméstico, que no atañe a México y dejan que Trump se las arregle como quiera con su congreso y con los Demócratas.

Jugada estrictamente electorera 

México mantiene la doctrina Estrada vigente sobre la no injerencia en asuntos políticos de otras naciones.

Pero, además de lo políticamente correcto, también entiende que en el T-MEC no hay una sola cláusula que pueda hacer pensar que por la firma del Acuerdo se desvíen recursos para el Muro. Eso lo saben y lo entienden muy bien los demócratas.

El que Trump no encuentre en AMLO y su gobierno un sparring como lo pretende y que mientras su administración se encuentre paralizada, hace que los impactos negativos sean en beneficio de México y de muchas de las economías emergentes que, incluso, revaluaron su moneda.

Sin embargo, aunque la prudencia del gobierno mexicano frente al presidente de Estados Unidos resulte un gran acierto, también es importante que a los mexicanos nos aclaren las falsedades a las que recurre Trump.