A Manuel Bartlett y a Rocío Nahle les urge cancelar la operación de la interconexión del ducto marino que abastece gas natural a Yucatán ¿Por qué?

Proyecto político

¿Qué hay en juego que sea tan poderoso como para permitir que siga adelante una iniciativa que que todo México, principalmente la CFE y los industriales de todo el país, lo van a pagar?

Los estudios: Dos Bocas es inviable 

De acuerdo con información dada a conocer por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), la refinería de Dos Bocas tal y como se planteó, resulta inviable técnica y financieramente.

De acuerdo con el IMP si la refinería se construye con 100 por ciento de recursos públicos no será viable para un periodo de 20 años de operación, de hecho, “los ingresos por venta de productos y subproductos no cubren los costos de inversión, operación, mantenimiento e impuestos que se ejercerían por la operación de la infraestructura en un periodo de 20 años”.

Lamentablemente el director del IMP, Ernesto Ríos Patrón, fue despedido después de entregar el estudio sobre la inviabilidad de Dos Bocas, pero él no ha sido el único, muchos han demostrado lo mismo, entre ellos el actual secretario de Hacienda y Crédito Público quien así lo hizo saber en una gira por Londres hace varios meses.

La justificación 

Lo cierto es que detrás de la refinería, existe otro proyecto alternativo, igualmente de caro y poco eficiente, pero que podrá dar cierta viabilidad técnica y financiera a Dos Bocas: el dotar al puerto de la capacidad de recibir gas natural licuado importado para cubrir la demanda en la península de Yucatán.

Por ello, no resultó tan sorprendente que el pasado 10 de julio el gobierno de México y Rayan Brennan, Director de Operaciones de la Cooperación de Inversiones Privadas en el Extranjero del gobierno estadounidense, anunciaran una inversión de 10 mil millones de dólares para el sur sureste del país, y que los dos primeros proyectos de inversión serán nada menos que la construcción de una planta de licuefacción de gas natural, lo que no es otra cosa que una planta para recibir importación por barco de gas natural licuado y una planta de energía eólica. ¿Dónde quedaron las licitaciones, dónde quedaron las subastas de renovables que había cancelado Bartlett?

Como ya se ha mencionado en este espacio, mientras no existan alternativas de suministro de gas natural a Yucatán, la península está condenada al fracaso y a que CFE produzca la luz más cara de todo el país para no entrar en emergencia por apagones generalizados como los que ya se han presentado y a condenar a los industriales yucatecos y campechanos y a los hoteleros de Quintana Roo, a quedar fuera de competencia de los mercados nacionales e internacionales.

Alternativas caras 

De esta forma, quedan vigentes las dos alternativas más caras e inviables para la península de Yucatán, el producir energía eléctrica con GNL, aunque su costo sea prácticamente el doble de caro de lo que costaría el gas natural por ducto, mismo que se abastecería a través del ducto marino desde Tuxpan, y más del doble comparado con el diésel, combustible que, por órdenes de Bartlett, trabaja la planta de generación Mérida III.

De acuerdo con John Hilfiker, analista de gas de la firma energética S&P Platts, las compras de GNL por parte de Pemex y CFE de ninguna manera podrán cumplir con las proyecciones de crecimiento de la demanda a largo plazo "por lo que se utilizarán costosas importaciones de GNL para equilibrar la oferta y la demanda. Esto significará precios más altos para todos" lo que no solucionará la crisis que actualmente ocurre en la región.

Al final, no se terminan de entender los intereses político-económicos que motivan a la 4T a evitar el desarrollo del sureste del país, y a condenar a Yucatán a permanecer en esa brecha que siempre ha caracterizado a la nación.

Todo este entramado es solo para comprar GNL a Estados Unidos, así como diésel y combustóleo para la península de Yucatán, aunque resulte más caro, más contaminante y menos eficiente. ¿Qué hay detrás de toda esta estrategia?

Manuel Bartlet parece dispuesto evitar la puesta en marcha del ducto marino a costa de lo que sea, incluso de pagar un costosísimo litigio de arbitraje internacional, el cual, por cierto, lo más probable es que se pierda, lo que le permitirá llevar diésel, combustóleo y carbón de sus aliados, entre ellos, el presidente de la Comisión de Energía del Senado, Armando Guadiana Tijerina.

Por lo demás, se han detenido de manera arbitraria los trabajos de direccionamiento en Cempoala, Veracruz y que ha negado el permiso de interconexión del ducto Mayacan al Sistrangas, para favorecer de esta forma la importación de GNL, para luego proponer socializar la tarifa del sobre costo que esta medida representa entre todo el país. 

Al final los yucatecos serán las víctimas de la voracidad de los funcionarios del sector energético de la 4T y del entreguismo de nuestro gobierno a los intereses de Estados Unidos.

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