Para los que no tengan la menor idea de quién es Roberta Jacobson, tengo que informarles que es la embajadora de Estados Unidos en México, cargo diplomático sumamente importante para nuestro vecino del norte, y que ocupa desde el 5 de Mayo del 2016 cuando fue designada por el ex presidente Barack Obama, el cual es por todo el mundo bien sabido que no es muy afín, ni santo de la devoción del actual mandatario Donald Trump.

La renuncia de Jacobson

Los mexicanos no estamos acostumbrados a que los políticos o servidores públicos renuncien a un cargo de cierta importancia, a menos de que vayan en búsqueda de otro que les de mayores frutos o para permanecer dentro del ambiente político nacional haciendo de las suyas, o porque un superior les pidió la dimisión dándoles la oportunidad de “encubrirla” por medio de la renuncia voluntaria. Por otro lado los gringos que tienen un sentido más estricto del trabajo y servicio público, cuando renuncian lo hacen porque no están de acuerdo con los lineamientos de sus superiores ya que su modelo de trabajo dentro de las instituciones no es piramidal ni es un feudo del ministro a cargo, como sucede en México y Latinoamérica.

Por lo que tengo la ligera sospecha de que Roberta dejará la embajada en mayo cumpliendo dos años, no porque quiera sino porque hay algo que no le cuadra y no le gusta ya con la administración que se ejerce desde la Casa Blanca.

Factor Trump

A poco más de un año de que Donald Trump tomara la presidencia de su país, los ataques a los mexicanos han sido relativamente tranquilos pero constantes, el neoyorquino insiste en la construcción del muro entre nuestras naciones mientras que su popularidad va a la baja, pero sus estrategias económicas le están regresando empleos bien remunerados a los norteamericanos mientras que las políticas anti migración se endurecen a lo largo y ancho de su país, donde cada que es detectado un inmigrante, sus derechos desaparecen y es deportado a su país de origen o mandado a prisión sin tener manera de defenderse.

¿Qué vendrá para México desde Estados Unidos?

La salida de Roberta Jacobson durante el proceso electoral que vivirá nuestro país deja una serie de sospechas, ya que para un embajador los tiempos políticos del país en el que tiene su labor diplomática, también son importantes y el periodo que México vivirá durante las campañas y la designación del nuevo presidente, es quizá en cuestiones políticas, el más transcendental jamás vivido por los mexicanos contemporáneos desde la revolución en lo que al juego y lucha por la construcción de nuestra democracia se refiere, por otro lado el mandatario del poderoso país del norte quiere romper los lazos económicos como el TLCAN y separarnos con un maligno muro como si fuéramos seres tercermundistas completamente despreciables.

Servicios de Inteligencia Norteamericana

Obviamente los norteamericanos saben perfectamente cómo es que los mexicanos estamos demostrando nuestro enojo hacia la clase política y la manera en que las tendencias y preferencias se están presentando, nos saben burdos y sumisos frente a los poderosos, pero encabronados al mismo tiempo con ellos, saben que no entendemos de democracia pero la ocultamos detrás de una preferencia absurda y fanática hacia un partido o candidatos pero que también la ignorancia es fundamental para no poder entender que jamás hemos vivido en una democracia real, saben que más de la mitad de nuestra economía se ha generado gracias a la tecnología y ciencia que ellos nos han proporcionado, pero también saben que nuestros políticos siempre han vivido bajo sus lineamientos, pero también observan que un cambio de régimen podría darse en nuestro país.

Razones para un nuevo embajador

La llegada de un nuevo embajador a nuestro país será un mensaje muy interesante de lo que desde la Casa Blanca considera que pueda suceder en México, sobre todo dependiendo de la personalidad y el currículo del designado, quizá se estén preparando para un cambio de régimen si Andrés Manuel llega a los Pinos, quizá estén apoyando al PAN o al PRI, quizá esperen un movimiento muy fuerte de inconformidad que pudiera llevar a conflictos sociales o quizá simplemente vendrá un endurecimiento total de las acciones políticas, económicas y diplomáticas hacia los mexicanos donde para obtener un visado será más complicado que para un Norcoreano salir de su país.