Dicen los que saben que algo raro sucede en la Jucopo del Senado. La semana pasada publicaron la convocatoria para elegir 22 magistrados de 17 tribunales electorales de diversos estados de la República; todo iba bien, el registro se realizó mediante el sistema alojado en la página del órgano legislativo, y decenas de abogadas y abogados se registraron. Pero ¡sorpresa! Poco a poco, la Jucopo les fue notificando a cada aspirante que habían sido rechazados, y desde luego no fue por incumplir con los requisitos constitucionales y legales, pues todos cumplieron, sino nada más y nada menos que por omitir testar de manera correcta (según el criterio de los empleados del Senador Ricardo Monreal), las copias fotostáticas de sus documentos personales, como actas de nacimiento, y credenciales para votar, entre otros, los cuales sobra decir, contienen datos personales que el propio aspirante autorizó fueran difundidos, por lo cual resulta absurdo que les nieguen el registro por no testar sus propios datos personales, sin otorgarles del derecho de subsanar la supuesta inconsistencia.

Pero aún hay algo más de fondo, según fuentes del propio Senado, nos comentan que la realidad de todo esto, es que el Senador Ricardo Monreal pretende agandallarse las posiciones y beneficiar a sus consentidos para colocarlos en los tribunales de todos los estados como Magistrados, un caso concreto en la CDMX, es el de su compadre, el también Zacatecano Armando Ambriz Hernández, Secretario de Estudio y Cuenta de Janine Otalora, Magistrada de la Sala Superior del Tribunal Electoral, el cual participó el año pasado en la operación para resolver a modo las impugnaciones de la Alcaldía de Monterrey, tal como en su momento lo hizo notar el periodista Salvador García Soto en El Universal, la cuales fueron descubiertas por una filtración de mensajes de whats App.

Y nosotros pensando que con la 4 T todo iba a cambiar.

https://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/operacion-monterrey-presiones-y-sobornos-en-el-tepjf