Cuando fue Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera maquilló las cifras de los delitos en la Ciudad de México. Mancera no sólo toleró la opacidad: tal parece que fue su principal promotor, al menos en el tema de la seguridad pública. Eso fue lo que comprobó la Procuradora Ernestina Godoy y la nota ha caído como bomba en los círculos políticos, aunque Mancera ha callado. ¿Por qué no se defiende el actual senador? Simple: porque no tiene cara para defender lo indefendible. Godoy, quien es experta en denunciar casos de corrupción y ha sido activista fundadora de importantes plataformas de lucha social, se ha anotado así muchos puntos en la credibilidad de los ciudadanos de esta megalópolis.

De 194 mil 479 carpetas de investigación iniciadas por un abanico de delitos en 2018, la gente de Godoy tomó una muestra de 42 mil 524 indagatorias. Lo que descubrió doña Ernestina es algo muy grave, muy desolador, sobre todo porque Mancera mintió intencionalmente a la opinión pública: 29 mil 082 expedientes fueron clasificados por la Procuraduría en tiempos de Mancera como delitos de bajo impacto. De esta forma se simulaba la reducción de los delitos de alto impacto. Godoy ha comprobado que el promedio diario real era más del doble registrado oficialmente.

Innumerables expedientes en la pasada administración fueron considerados como pérdida de vidas por causas naturales o fortuitas, cuando se trataba en realidad de homicidios dolosos, crímenes flagrantes. Por falsear estadísticas, se dejó en libertad a muchos delincuentes; por maquillar cifras, dejaron de considerarse muchos ilícitos como de alto impacto. Esto es imperdonable en un servidor público como Mancera. No se vale.

Miles de delitos en su modalidad de robo de vehículos, por ejemplo, se registraron intencionalmente en tipologías distintas; otros simplemente no se reportaron. En este escenario turbio, es obvio que la inseguridad creció en las calles, en los barrios, y se tendió una cortina de humo para la impunidad. Solamente los delitos de secuestro no se pudieron disfrazar porque las cifras se ubican en una sola Fiscalía Antisecuestros.

Tengamos confianza en doña Ernestina porque sabe lo que hace y la cloaca apenas está por destaparse: veamos en dónde acabará este sainete que para nada deja bien parado a Mancera y que probablemente tendrá implicaciones penales y no sólo políticas.