Durante todo el tiempo que lleva la Presidencia de Donald Trump en Estados Unidos uno de los hechos más impresionantes para toda la Humanidad que han acontecido, aún más que el muro fronterizo, ha sido la presencia del Senador John McCain en la política de ese país. Un hombre que a sus 80 años participaba en la política como un joven de 40, pero, con diagnóstico de uno de los tumores más agresivos que existen: glioblastoma cerebral.

Todo el mundo lo veía, debatiendo y discutiendo en el Congreso y en otras instancias gubernamentales de Estados Unidos, en perfectas condiciones generales, ese tumor, gliobastoma, es de alto crecimiento y de alta malignidad, y por estar en el cerebro, genera manifestaciones muy evidentes, desde parálisis del cuerpo hasta convulsiones, razón por la cual quizá no se habían dado cuenta a tiempo en su momento cuando también lo padeció el Presidente Franklin D. Roosevelt.

Los mismos médicos de la Clínica Mayo que lo operaron en Julio del 2017 inicialmente se sorprendieron por el estado de salud tan sorprendente con el que el Senador McCain se recuperó, y más que nada, con su evolución posterior, sin presentar como lo debió haber hecho por el tumor en crecimiento en el cerebro, manifestaciones neurológicas incluyendo convulsiones y parálisis, ya que seguramente tomaba tratamientos alternativos que originaron esto, que el tumor no se manifestara, o, que, inclusive, pudiera haber desaparecido.

John McCain falleció el 25 de Agosto del 2018, 4 días después de que decidió voluntariamente dejar los tratamientos médicos que debieron haber sido quimioterapias y radiaciones, las cuales, por racionamiento histórico, fueron las que le causaron su deceso, ya que, repito, antes, durante toda su actividad política, no tuvo manifestaciones de cáncer cerebral, como son, parálisis, convulsiones y alteraciones cognitivas, siempre criticó muy coherentemente al Gobierno de Trump.

Llamó mucho la atención que durante los discursos que se ofrecieron al morir McCain estaba presente el Ex Presidente estadounidense Jimmy Carter, quien 3 años antes se había curado de un cáncer casi igual de agresivo que el de su compatriota, y. como lo he publicado en SDP noticias, con tratamientos alternativos que seguramente contenían ácido cítrico.

John McCain, como todos los seres humanos que padecen cáncer, deberían tener el Derecho Humano Universal de morir por cáncer, y no por complicaciones de tratamientos para el mismo.