Antes de que inicie formalmente el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se presentan señales muy negativas, que nos colocan lejos de la agenda progresista de una izquierda moderna. Señales que impactan no solo en temas subjetivos de imagen y popularidad, sino en temas muy concretos como son la economía, la inversión, paridad cambiaria, distribución del ingreso y oportunidades de crecimiento y competencia, mismos que afectan directamente nuestro avance democrático. 

NAICM: Rompimiento en la élite empresarial o acuerdos perversos

Hasta ahora, en el gran debate que se ha presentado en torno al NAICM destaca la postura de dos grandes empresarios, el primero, Carlos Slim quien mantiene importantes intereses contractuales en la posición de Texcoco y por el otro lado está el gran amigo y constructor predilecto de AMLO, José María Rioboo, quien, después de no haber alcanzado contratos en las licitaciones del NAIM, que perdió frente a empresas de Carlos Slim y otras más, se convirtió en el mayor oponente al proyecto y sacó a la luz la opción de construir el Nuevo Aeropuerto en la Base Militar de Santa Lucía.

Al respecto AMLO con su particular estilo, ha expresado que “antes del resultado de la consulta hablaré con ellos -Carlos Slim, Olegario Vázquez y con ICA- para darles garantías de que no se van a cancelar sus contratos" y aseguró que conoce a los dueños de estas empresas; “sé que nos van a ayudar, que van a cooperar…” nuevamente se repite el viejo esquema priísta, no son las instituciones o las leyes las que darán garantías, es la voz y el poder de un solo hombre el que decide el camino.

Por eso Andrés Manuel salió a confirmar el resultado de la encuesta acompañado de uno de los interesados, José María Riobóo, a quien hizo juez y parte de la decisión y pareciera que quiso dar “cachetada con guante blanco” a quienes desarrollaron el diseño del que iba a ser uno de los aeropuertos más moderno e importante del mundo.

La historia del Westhill

A lo anterior podríamos sumar algunos aspectos especulativos, como el hecho de que hace algunos años gran parte de la familia Slim, de sus sobrinos y nietos estudiaban en el Colegio Westhill propiedad del constructor y amigo de AMLO, José María Rioboo, pero de buenas a primeras, todos salieron de esa institución educativa. Mucho se dijo entonces de que salieron por el arribo a la administración de esa escuela de la esposa de su propietario, la magistrada Jazmín Esquivel Mossa, quien como antaño en el gobierno, llegó a destruir la institución que había concebido y desarrollado la primera esposa del constructor de los segundos pisos, una escuela incluyente, con profesores capacitados.

La flamante magistrada a la que hacemos referencia es la misma que validó los segundos pisos de AMLO. Ella, al llegar al instituto educativo, despidió a más del 80% de la planta de los profesores y directivos de la escuela y designó como directora a Claudia Sicilia, la hermana del poeta Javier Sicilia quien llegó con todos sus amigos para cubrir las plazas de maestros y de programas especiales que se tenían. Ante tales hechos, se justifica que la familia Slim sacara a sus hijos de esa escuela, misma decisión que tomaron muchos padres de familia.

Aquí la pregunta que surge es si Rioboo pretende construir el aeropuerto de Santa Lucía o cualquier otro, de manera similar a cómo manejó su escuela e impulsar a toda costa a su esposa como magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que en caso necesario valide posibles atropellos a la ley.

 

¿Para qué servirá la consulta a modo?

Otra pregunta es si la consulta solo servirá para justificar algunos cambios de jugadores en lo que será la mayor obra de infraestructura e inversión en el país, para incluir a personajes afines y ligados a la familia Salinas, lo que justificaría el apoyo que el hermano mayor del expresidente le dio a la encuesta.

 

México de regreso al presidencialismo

A la consulta, hay que sumar el sentido de la iniciativa de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública, misma que regresa al presidente el poder unipersonal que antes tenía y que se criticaba. Recordemos que la lucha democrática de la izquierda y derecha era por erradicar el presidencialismo del PRI, de quitar el depósito del poder en un solo hombre. Hoy parecen olvidar esa lucha por la democracia y, por el contrario, ahora justifican el restablecimiento del viejo régimen.

Parece que olvidaron que antes peleaban por establecer la democracia, por los derechos humanos, la libertad, la competencia y por quitar los monopolios que regían económicamente este país, por la apertura comercial, la libre sindicalización (no hay que olvidar que antes por ley todos los sindicatos eran parte del PRI) y por elecciones libres y confiables. Se les olvidó que su lucha los llevo a crear órganos totalmente independientes del gobierno como el IFE, hoy INE, que propiciaron la libre sindicalización, dieron autonomía al Banco de México y se crearon órganos independientes que garantizan la libre competencia en sectores como el de telecomunicaciones y el energético, con la CRE, la CNH y COFETEL.  Todo ello trajo como resultado que, después del famoso error de diciembre que nos propino Carlos Salinas en 1994, el país ya no ha tenido las graves crisis de cada fin de sexenio, dio paso a los gobiernos divididos, y no con mayorías absolutas en el Congreso, que obligaban al presidente a someter por la vía institucional muchas de sus decisiones.

Lamentablemente, parece que regresamos al país de un solo hombre, que tomará las decisiones sin el respaldo institucional, un ejemplo de ello se puede observar en el sector energético, donde la próxima secretaría de Energía ha mantenido una postura de autoritarismo poco profesional y democrático. Por un lado, quiere el poder absoluto en el manejo de todas las cuestiones energéticas, dejando a un lado la creación de oportunidades para el sector, sino que quiere decidir como juez y parte, con el único argumento de que ella tiene el poder.

Incluso pretende descarrilar a Fulvio Ruiz Alarcón, uno de los pocos en el equipo de AMLO que realmente conoce sobre el sector petrolero, a quien quiere cerrar el paso hacia la paraestatal, para en su lugar, poner a una cuña que le sirva de contrapeso frente a quien va a ser el director de PEMEX, uno de los hombres más cercanos a AMLO, Octavio Romero.

Al final tanto la consulta sobre el NAICM como la ley de la Administración Pública representan lo que vendrá, que las cosas se harán con el argumento de que se hace, porque lo digo yo.

Polémica internacional

La polémica creada en torno a la caravana de migrantes hondureños y la innecesaria discusión por la invitación y confirmación del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, a la toma de posesión del presidente electo, solo tienen la intención de distraer la atención de los temas centrales de la agenda de transición.

En el tema de la caravana, es curioso que el flujo migratorio haya salido de Honduras y no de Nicaragua o El Salvador que son países que enfrentan crisis más graves que los hondureños. Lo que resulta también una casualidad es que la esposa de Marcelo Ebrard, próximo canciller de México es hondureña y fue alta funcionaria del servicio exterior de su país antes de contraer nupcias con el mexicano. También resulta curioso que, mientras de manera oficial el actual canciller Luis Videgaray está asumiendo los contactos, tanto con Estados Unidos, como con la propia caravana y los países involucrados como Honduras, El Salvador y Guatemala, Ebrard haya estado con el presidente de Honduras, para atender este tema, sobre todo cuando se habla de que es una estrategia de Donald Trump y los republicanos para influir en el ánimo del electorado estadounidense antes de las elecciones de noviembre.

En fin, poco a poco vemos cómo el avance de la democracia obtenido en años desaparece y regresamos al régimen presidencialista que nos fue impuesto por el viejo PRI, en el que las decisiones las toma un solo hombre, donde el presidente no se equivoca, no se le contradice y mucho menos se le cuestiona.