No hay peor engaño que el autoengaño. Quien esto escribe como no tiene ningún compromiso con ningún candidato ni partido, sólo puedo expresar lo que observé y lo que considero que vendrá después.

Del debate de ayer expongo mis puntos de vista: 

1.      Desde 1994 los debates no han sido para que el ciudadano reciba propuestas de políticas públicas y sus contrastes. Realmente han sido para observar capacidad de respuesta y articulación de los candidatos ante ataques y contraataques. Además, el foro se presta para ver frente a frente a los adversarios y que demuestren con datos concretos lo que uno dice del otro de manera inteligente o bruta.  

2.      El debate representa una oportunidad para que quienes requieran aumentar la percepción positiva a su campaña así lo hagan y quienes quieran hacer caer al contrincante también si es que tienen esa capacidad.  

3.      Todas las encuestas de este día sobre quién ganó el debate representan una vacilada, en primera porque son de encuestas telefónicas y en segunda porque todas tienen un universo muy acotado a sus nichos de lectores.

 4.      El debate sí influye, por supuesto, pero para ello debe hacerse una lectura objetiva y alejada de las pasiones personales y de las filias o fobias político-ideológicas. 

¿Quiénes, desde mi punto de vista sí lograron su objetivo?  

El que logró su objetivo es Elba Esther Gordillo, porque al fin “el ciudadano” Gabriel Quadri puede darle el empuje necesario para que el PANAL retenga su registro y porque esta persona cumplió otro doble objetivo: ser un distractor en el debate de tres y el que asestó los mejores golpes contra AMLO y Josefina.  Ganó Elba porque nadie, ni AMLO ni Josefina  siquiera, se atrevieron a mencionarla como un lastre del sistema educativo.

También AMLO logró su cometido, porque repitió lo que sus seguidores quieren oír de él o lo que sus críticos y detractores también esperan oír de él. No hubo nada nuevo en sus ataques contra Enrique Peña. Y aun no atacando a Josefina, AMLO lo peor que le puede pasar después del debate es que sus números en las intenciones de voto es que sigan igual. Me parece avanzó un poco pero un grave error de su parte fue no atacar ni siquiera mencionar a Josefina ni a Felipe Calderón. Y, me parece que si logró avanzar fue, paradójicamente por las réplicas que le dio el propio Peña Nieto, pues al inicio del debate todo indicaba que lo iban a ignorar como a Quadri. 

Sin embargo, AMLO no va a cambiar su estrategia ni sus objetivos. Para sus aduladores, todo está perfecto, todo está bien y ya “casi ganaron”. Pero hoy, nuevamente en dos entrevistas radiofónicas, pidió a los ciudadanos no permitir el regreso del PRI al poder, porque sería muy lamentable y catastrófico.  

Y por supuesto, Enrique Peña Nieto también logró su objetivo porque cuando llegó al debate, tanto AMLO como Josefina, como tantos analistas paleros de éstos, anticipaban que iba a perder, que iba a ser vapuleado y hasta que le iban a sacar un expediente tan negro que caería inevitablemente. Pero siendo sinceros, incluso en la más manipulada de las encuestas de este día, no aparece como el derrotado al último lugar como ocurrió con Roberto Madrazo hace seis años o Manuel Camacho hace 12. Lo hostigaron, lo presionaron, lo quisieron exhibir, pero no lo tumbaron. Incluso,  si alguien pudiera decir que con este debate le quitaron 5 o 10 puntos, no son suficientes para decir que ya perdió.

Josefina no cumplió sus objetivos que eran derrumbar a Peña Nieto. Y no lo logró por ella misma, por su nerviosismo y por falta de solidez intelectual. Desde un principio se notó que se había aprendido los guiones de sus promocionales y nunca dijo algo nuevo. Lo peor fue su sonrisa cuando hablaba de la muerte de la niña Paulette con una sonrisa en la boca (que el “experto en imagen”  Víctor Gordoa dice que fue fatal) y las manos temblorosas.  

La candidata del PAN es la candidata del partido en el poder, de la candidata a quien los del PRI y PRD deben derrotar; pero desde el arranque de campaña y en el debate, colocó a Peña Nieto como el invencible, como el objetivo y motivo de sus obsesiones. Y siendo claros, salgo su grupo de coristas, no logró asestar ningún golpe y al contrario, las críticas más duras de EPN en su contra fueron las mismas que le asestaron sus correligionarios Ernesto Cordero y Javier Lozano. Estos dos panistas fueron las que neutralizaron a Josefina en el debate de anoche. El haber ignorado a AMLO, por otra parte, le quitó la oportunidad de eliminar la incertidumbre de quién está en segundo lugar y quién en tercero.

Esta es la lectura inmediata y razonada muy personalmente por esta columnista incómoda. A muchos no les gustará, pero no estoy para las complacencias.  

ASPOSTILLAS: ¿Y los candidatos del PAN y del PRD-PT-PMC  por qué no se han puesto a pensar las razones por las cuales el PRI y Enrique Peña Nieto están nuevamente en el ánimo de los ciudadanos?   ¿O acaso el ciudadano mexicano cuando les da la espalda a PAN o a las izquierdas está equivocado; y cuando les favorece con su voto “es sabio”? 

alexiabarriossendero@gmail.com