¿Quién ganó el debate? es la pregunta de los 64 millones, pregunta cuya respuesta es difícil de obtener, no así para los candidatos y candidata que se proclamaron como los vencedores. ¿Cuántos de los ciudadanos que estuvieron atentos al debate no sabían por quien votar?, sería importante saberlo para medir el impacto que tuvo el ejercicio del domingo pasado, considero que la mayor parte de los que siguieron la transmisión ya tienen definido su voto.

 

El  debate aportó cosas bastante interesantes, por primera vez vimos a Peña Nieto en un ambiente no controlado, sin duda fue él que peor pasó la noche, los cuestionamientos tanto de Josefina Vázquez Mota como de López Obrador eran continuos, sin descanso. Andrés Manuel lo puso contra las cuerdas con temas como el de su tío Arturo Montiel acusado de enriquecimiento ilícito, el apoyo de Televisa y sus nexos con Salinas de Gortari, a Peña lo salvó la campana.

 

Andrés Manuel volvió a ser el fajador de hace seis años, solo le falto utilizar una vez más el termino de la mafia del poder, se presentó con la misión de mostrar quién es y quienes están detrás de Peña Nieto. Vine a informar, dijo al inició de su participación, estrategia de alto riesgo al dejar pasar tiempo para presentar más propuestas y ganar la simpatía del ciudadano que presenció el  debate con la intención de escuchar las mejores propuestas para cada tema.

 

El engañó  de la noche fue Gabriel Quadri, quién se presentó como candidato ciudadano, hizo para muchos las mejores propuestas y en los sondeos post debate aparece bien calificado, la realidad es que el Sr. Quadri representa los intereses de la maestra Elba Esther Gordillo, su misión no es ser presidente y cumplir todo lo que dice, su misión es obtener el registro del PANAL y restarle votos al PAN y al Movimiento Progresista para de esta forma favorecer a Peña Nieto.

 

Y Josefina Vázquez Mota, simplemente quiso pero no pudo. Quizá ya muy pronto la veremos estancada en el tercer lugar de la contienda.