Nunca me he explicado el motivo por el cual, las paraestatales como son los organismos descentralizados, resultaban desastrosas para la intervención del estado en la economía para las que fueron ideadas a raíz en la etapa previa a la “primera guerra mundial” en Europa central, y en cambio son una maravilla para ejercer funciones políticas.

Interesantes palabras del presidente en torno a los organismos públicos descentralizados dotados de autonomía, sostuve en lo personal un criterio en tal talante, hace muchos años en la oficina del director del semanario “Página regional” que dirigía el periodista Enrique Gaucher, precisamente, en relación con la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

En aquella ocasión mencionaba que era un despilfarro para una función que corresponde al poder judicial federal por medio del juicio de amparo y a la secretaria de gobernación, resultando del todo extraño acudir a la adopción de instituciones escandinavas, cuando nuestras instituciones se nutren en lo fundamental de las disposiciones de las “ leyes de indias” y del constitucionalismo norteamericano.

Existe ciertamente un precedente del OMBUDSMAN escandinavo en la adopción de la denominada “procuraduría de los pobres”, estatuido por don Ponciano Arriaga en 1870 en San Luis Potosí; aun cuando la institución anglo norteamericana del “ whisteblower” acoplaba de manera más acorde con la conformación de nuestras.

Institución ésta última que consiste en que un sujeto, operando dentro de la propia instancia denuncie las irregularidades encontradas en aquella ante la autoridad competente para conocer de la irregularidad eventualmente detectada, como ante la opinión pública y la representación política del pueblo.

Adoptar el OMBUDSMAN entre nosotros obedecía en aquella ocasión a una burda maniobra demagógica de Carlos Salinas de Gortari tras el asesinato en Sinaloa de la Abogada Norma Corona, con lo que empezaba a enredarse el hilo de una madeja en la que nos encontramos inmersos, y de la que habríamos salido avante con mucho mayor efectividad implementando la institución que en lo personal propugnaba en la reunión de referencia, aun cuando, dicho sea de paso, agradezco en lo infinito la distinción recibida por la Comisión nacional de los Derechos Humanos como galardonado por un ensayo sobre “LOS DERECHOS HUMANOS EN LA CONSTITUCIÓN DE 1857”

En aquella ocasión fui tildado de “neoliberal” por parte de la actual primera dama del país, mi respuesta fue un artículo publicado en las páginas de El Universal” en su edición para Puebla y Tlaxcala, señalando que, en tal caso, el primer “neoliberal” habría sido Miguel Ramos Arizpe , así como los congresistas que emitieron el denominado “voto particular del congreso de 1823”, por medio del cual se convocó al constituyente de 1924 para constituir la federación mexicana.

Todo ello más de un siglo antes de que naciera el padre de la “escuela de Chicago” y mentor de las tesis “neoliberales”, el premio “Nöbel de Economía” Milton Friedman.