Ni hablar... El Covid-19 llegó a cambiar muchas cosas, entre ellas, las formas en que vivimos, estudiamos y trabajamos... Las formas en que compramos y nos divertimos... En que nos movemos por la ciudad en que vivimos y viajamos dentro y fuera del país.

Seguramente todos los que hemos vivido en reclusión, saldremos a las calles dando un nuevo valor a las paredes que contenían nuestro aislamiento, entendiendo de manera diferente lo que significa una casa y los alcances de nuestro barrio y nuestra ciudad.

Todos también, tendríamos que pensar por los que no pudieron guardarse en sus casas, sea porque forman parte de las actividades reconocidas como esenciales, porque para muchos no es opción dejar de salir a trabajar, o porque sigue habiendo personas que no tienen casa en que quedarse.

Y es que ojalá que todos podamos entender que quedarse en casa es un privilegio que de entrada implica tener esa casa en que quedarse.

La pandemia que nos llegó de la nada va a cambiar muchas cosas y tendría que cambiar una amplia lista de políticas públicas, entre las que habría que destacar las que tienen que ver con planeación Urbana y vivienda.

Porque el hecho es que habría que generar viviendas, desarrollos habitacionales, barrios y ciudades más resilientes... Que resistan los impactos de fenómenos naturales como puede ser un sismo... O los de una pandemia que nos mande a guardarnos a casa y a modificar radicalmente la forma en que nos relacionamos con nuestro barrio.

Imagino perfectamente a una familia que esté buscando una nueva vivienda e incorpore en sus criterios de búsqueda la cobertura de internet necesaria para el trabajo o el estudio a distancia...

Los imagino buscando que más que un salón de usos múltiples o una cancha deportiva, tenga contemplados espacios para coworking.

Quizá sea el Covid-19 ese gran planificador urbano capaz de acelerar la implementación de una nueva Agenda Urbana, que se ha llevado más tiempo del deseable en traducirse en hechos.

Esa nueva Agenda Urbana que va de la mano de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y los 7 principios de la Vivienda Adecuada, ambos instrumentos originados por ONU Habitat.

Quizá sea ese gran planificador urbano que, por fin, ponga como prioridad la visión metropolitana y el transporte público y que no se limite a dejarlos en planes, sino que les dé alas al dotarlos de marcos regulatorio y, sobre todo, presupuestos que les permitan convertirse en realidad.

Y bueno. Puede ser que el Covid sea también el gran arquitecto que reinvente la forma en que diseñamos y construimos nuestras viviendas y edificios de otros usos inmobiliarios.

Porque si hace unos años vimos cómo las paredes empezaron a caer dentro de las oficinas para dar paso a espacios abiertos y a modelos basados en alta interacción entre compañeros de trabajo, hoy una nueva realidad muy probablemente obligará a que esas paredes se vuelvan a levantar y a que se aumenten distancias y barreras para separar a las personas.

También habrán de cambiar las formas en que las familias interactúan con sus barrios... Y quizá para muchos ya no sea atractivo dejar a sus hijos en largos recorridos en el transporte escolar o en guarderías o programas de estancia en las mismas escuelas.

Otros tantos la van a pensar dos veces para tomar un trabajo que la implique dos horas de traslado en hacinados sistemas de transporte público... O para tomar una casa que los aleje de sus actividades habituales o la familia.

Y sí... La ubicación de las viviendas tomará una nueva dimensión en la medida en que la gente entienda que es una nueva medida de protección ante la eventualidad de un riesgo sanitario.

Será momento en que arquitectos y urbanistas hagan valer la función social de sus respectivas profesiones, para ir por delante de la pandemia y garantizar que sean ellos, y no un virus, quienes definan la forma en que de cara al futuro habremos de hacer nuestras viviendas y ciudades.

Lo he dicho en colaboraciones anteriores para SDP Noticias... Más nos vale entender que el mundo que encontraremos al salir de nuestro privilegiado aislamiento, será diferente al que dejamos en pausa hace unas semanas...

Habrá nuevos retos, pero también nuevas oportunidades, en tanto asumamos como prioridad el sentido social que debemos buscar privilegiar.

Más nos vale reconocer esa nueva realidad y tomar acciones que nos permitan tomar acciones para entenderla y atenderla... Porque si no lo hacemos, el Covid o lo que pueda venir si hoy fallamos en la prueba y reprobamos este examen de resiliencia, será lo que vaya modelando el nuevo rostro de nuestro futuro.

* Horacio Urbano es fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas de desarrollo urbano, sector inmobiliario y vivienda.

@horacio_urbano