Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN, quiso instalarse como corifeo para dirigir las críticas en contra de la exacta, pero desafortunada frase de Andrés Manuel López Obrador: “Detienen a Duarte para simular que combaten la corrupción. Pero el pueblo no se conforma con chivos expiatorios, quiere la caída del PRIAN”.

¿Qué dijo en estos días Ricardo Anaya?

“Duarte ayudó al candidato de Morena en Veracruz y Delfina Gómez era operadora de López Obrador en ese estado. Está a punto de caérseles el teatrito, por eso ahora le quieren dar la vuelta al tema, además de minimizar los actos de corrupción de Duarte, considerándolo simplemente un chivo expiatorio”.

A finales de septiembre del año pasado, Anaya también consideraba a Javier Duarte como un chivo expiatorio, y eso no le parecía una simpleza, al contrario. En su edición del 27 de septiembre de 2016, el periódico Reforma publicó:

“Es una simulación: hay muchos otros casos de corrupción, Moreira específicamente que están plenamente documentados y en donde han decidido no actuar. Entonces, no tiene lógica el que solamente en este caso vayan contra Duarte. Yo francamente lo veo como que lo eligieron como chivo expiatorio.

“Como chivo expiatorio para hacer creer al País que efectivamente van a ir en contra de todos los que hayan cometido actos de corrupción. Este caso tiene fuertes tintes de simulación”.

Las declaraciones también fueron recogidas por el periódico El Universal.

Las coincidencias abruman, o abrumarán a Ricardo porque ambos, él y Andrés Manuel, hablan de simulación, de corrupción generalizada y, sobre todo, de chivo expiatorio.

Entre fauna política de corta memoria te veas o, para el joven Anaya, el pez por la boca… etcétera.