“El hombre quiere ser uno con sus creaciones, reunirse consigo mismo y con sus semejantes: ser el mundo sin cesar de ser él mismo”.

Octavio Paz.

La controversia política que ocurrió en Jalisco recientemente no se había visto en México desde la Revolución Mexicana, cuando imperaba la prepotencia entre los caudillos revolucionarios sin pensar que el propósito fundamental de dicho suceso histórico era unir y consolidar a México, y no, desunirlo, pero eso ocurría por una lucha de poderes, irracional, sólo explicable al considerar los intereses externos de esa época (ver artículo sobre la Tercera Transformación en SDP noticias: Abril 3, 2020).

También resulta controversial la manera cómo se ha manifestado la opinión pública mexicana en general desde que se postuló la filosofía política de la Cuarta Transformación, en lugar de opinar como se debe, critica, juzga y ataca, muchas veces sin sentido común, al Gobierno encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pareciera que todas las propuestas que hace el Poder Ejecutivo tuvieran que tener una contraparte rutinariamente, y esto lo único que logra es generar conflictos, frenar a México y afectar a todos los mexicanos por igual; de hecho, una de las principales razones por las que han renunciado varios miembros del gabinete presidencial ha sido la presencia de infinidad de críticas malintencionadas en medios de comunicación y en redes sociales.

Propongo hipotéticamente un plan global al que denominé: Plan de abstencionismo crítico, con duración de 40 días y 40 noches, durante los cuales no se realizará ninguna crítica al Gobierno de México, ni buena ni mala, ni de ninguna índole, con el propósito fundamental de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pueda expresar todas sus ideas políticas en ese periodo de tiempo de carácter profético por su trascendencia histórica universal, y no sería algo anticonstitucional, ya que en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en ningún momento se contempló una medida así o similar; y después de esos 40 días y 40 noches, ahora sí, analizar los alcances que se hayan logrado con esas ideas presidenciales, y ahora sí, repito, criticarlas, o en el mejor de los casos, fortalecerlas.

Sería conveniente esperar a proponer este Plan de abstencionismo crítico hasta que la pandemia por coronavirus, que ha confundido a literalmente todos los líderes mundiales, mejore o disminuya, o se termine, ya que de por sí va a acarrear un sinfín de cuestionamientos éticos a nivel mundial, sobre todo por el hecho de dejar morir a las personas contagiadas por ese inusual virus sin ofrecerles tratamientos médicos, por la posibilidad de que tuvieran efectos secundarios sobre todo, como la hidroxicloroquina que causaría arritmias cardiacas, pero no administrarla a los pacientes con el beneficio del riesgo podría ser considerado en un futuro en conjunto con otros tratamientos no administrados como crímenes de lesa humanidad.

Y si este Plan de abstencionismo crítico al Presidente con duración de 40 días y 40 noches funciona, y logramos ahora sí que México brille como se lo merece, se lo podremos proponer también al Presidente estadounidense Donald Trump, y quizá así podría contener el inconformismo existente actualmente allá, y brillar también.