Para esta primera fase de la tan inesperada cuarentena global, les contaré los cinco libros que leo en estos días. Tres son reelecturas y dos son novedades editoriales. Omitiré las fichas técnicas porque me dan flojera anotarlas.

1.- La Celestina, de Fernando de Rojas. Está escrito en un español antiguo, de finales del siglo XV, que lo torna casi ilegible. Pero durante mi Maestría en Letras en la UNAM cometí la herejía de convertir al español esta obra lujuriosa, sediciosa, blasfema y genial. No fui el primero, pero la mía es una de las pocas versiones “traducidas” íntegramente. A quien le interese le puedo mandar por mail mi texto.

2.- Infortunios de Alonso Ramírez, de Carlos de Sigüenza y Góngora. Quizá la primera novela escrita en México. Es la historia de un náufrago, anterior a la publicación de Robinson Crusoe, de Daniel Dafoe. Habrá quien diga que no es cierto que los Infortunios sea la primera novela escrita en el Valle de Anáhuac, pero tengo mis argumentos para decir que sí. También le paso el enlace a quien le interese.

3.- Poesía de Jorge Lobillo. No es fácil conseguir un libro de quién es (a no dudarlo) el mejor poeta vivo de México, secreto, fantasmal y ajeno a los círculos literarios, pero sí pueden recopilarse muchos poemas suyos esparcidos aquí y allá en internet. La poesía de Lobillo es (ya lo verán) simplemente deslumbrante.

4.- Mujer en papel. Memorias inconclusas de Rita Macedo, editadas y completadas por su hija Cecilia Fuentes. Llevo leído la mitad de este libro y tiene capítulos hilarantes, chismosos y profundamente sabios. Doña Rita (gran actriz) y Cecilia (gran escritora, no en balde es hija de Carlos Fuentes), forman el dúo dinámico más devastador de las actuales letras mexicanas. Un libro de película.

5.-Desagüe de Diego Rodríguez Landeros. Confieso que no había leído nada de este joven autor (tiene treinta años), pero esta inmaculada novela suya sobre el Gran Canal del Desagüe Del Valle de México, lo sitúa entre los mejores narradoras mexicanos actuales. Se los garantizo. Pueden comprarlo en cualquier sucursal del Fondo de Cultura Económica.