Hoy empezaron formalmente las campañas de la elección extraordinaria para la alcaldía de Monterrey. Unos comicios que han sido despreciados por los ciudadanos, el fraude de julio por parte del PRI y del PAN todavía pesa en el ánimo electoral regio. Sólo el 25 por ciento de quienes fueron funcionarios de casilla quieren repetir, además la fecha no ayuda. 23 de diciembre, vísperas de noche buena no es el mejor momento, los ciudadanos andan despolitizados, andan en las últimas compras navideñas. Todo se conjuga para que la elección regiomontana sea un desastre.

Ayer le echaron montón al candidato panista Felipe de Jesús Cantú en un “pacto” encabezado por el exalcalde priista Adrián de la Garza. Adrián convocó a todos los aspirantes a una reunión de civilidad en el vetusto hotel Ambassador, vetusto porque ahí ya no se hace grilla, la grilla regia se trasladó al municipio de San Pedro, al Quinta Real o al Safi.

Dadas las circunstancias de abstencionismo, los operadores electorales del PRI siguen aceitando la maquinaria para el 23 y en espera de una gran movilidad coordinada por el sagaz Rubén Moreira para que, a mediodía, tengan amarrada la elección. La “formidable” maquinaria, o lo que queda de ella, se hará presente en esta elección y es la gran apuesta para que Adrián de la Garza se reelija.

Patricio Zambrano, acusado de favorecer al PRI en julio, no pudo mantener la coalición Juntos Haremos Historia. Morena y el PES lo bajaron como candidato y el Pato sólo se quedó con el Partido del Trabajo. Los más de 100 mil votos obtenidos en julio, le dan a Patricio oxígeno para enfrentar la elección extraordinaria. La clave está de que esos votos fueron votos para Andrés Manuel López Obrador y no necesariamente para Patricio. He ahí el meollo. Morena no va con el Pato, pero el Pato quiere “colgarse” de nuevo de los positivos de Andrés Manuel y, más que una narrativa, lo que quiere imponer es una percepción:

“Soy el candidato de AMLO, Andrés Manuel López Obrador me ha manifestado su apoyo, soy el candidato del presidente de la República”, ¿es cierto esto? No. El Pato miente.

Por último, Felipe de Jesús Cantú ya no tiene dinero para la campaña y carece de estructura. Sus patrocinadores no quieren invertirle de nuevo porque es muy probable que pierda. Además, tampoco tiene al PAN del alcalde de San Nicolás, Zeferino Salgado y a su prótesis jurídica, el senador Raúl Gracia, totalmente a su favor. El PAN en Nuevo León gana o pierde elecciones en las negociaciones oscuras.

Para ganar, Felipe de Jesús debe de extenderle una oferta de gobierno de coalición, de facto, ni siquiera pública, al gobernador Jaime Rodríguez Calderón, quien ha creado estructuras, pero también a Morena, que lo podría “legitimar”. Adrián de la Garza, en su pacto de civilidad de ayer con los otros candidatos, menos Felipe de Jesús, obvio, formó una candidatura de “unidad”.

Frente al aparato priista y sin lana, Felipe de Jesús está perdido. Patricio Zambrano tendrá muy pocos votos porque es difícil reactivar el voto emocional de julio. A Felipe de Jesús Cantú no le queda de otra que realizar acuerdos, coaliciones oscuras.