La Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN) se quedó sin datos, megabytes y wifi, pues calladitos se han mantenido respecto a los marrazos violentos y sangrientos en el estado de Guanajuato. El presidente de México llama a la población a no proteger delincuentes, como parece alguien lo hizo en Sinaloa.

En México, la población vecina de la primera potencia mundial consumidora de drogas durante los últimos años, se ha venido estilando un ritmo de vida en donde las mamás se involucran en las actividades delictivas de sus hijos; esta cultura sobreprotectora se viene forjando desde la juventud o adolescencia, el primer mecanismo de inclusión y protección es la negación de los adultos en aceptar que el menor anda en malos pasos.

Los delitos, principalmente relacionados con las drogas, son los que marcan un trascendental vínculo entre madres y presuntos delincuentes. En algunos se refleja una participación activa desde la posesión, venta o trasiego de estupefacientes. En la investigación a Emilio Lozoya fue otra la historia.

En la guerra, como en el amor y en este caso la delincuencia, se comienza de la menor de las diferencias, el más mínimo detalle o por pequeña que parezca la infracción, respectivamente; al final todo termina en una escalada de violencia o pasión amorosa según sea la cosa.

Desde hace ya algunos años, en el estado de Guanajuato, la histórica Alhóndiga, eterna propiedad del panismo ultraconservador de México, se desmorona por los marrazos violentos que recibe a partir de las afectaciones al sistema ferroviario, mediante la desaparición de los camiones de carga pesada, las balaceras, ejecuciones y secuestros. En el presente mandato del gobernador panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, el golpe del marro a la estructura social gunajuatense ha sido tal que cimbró hasta a la misma Asociación de Gobernadores de Acción Nacional; pues les tumbó la señal y ni pío dicen de la violencia en el estado de su allegado blanquiazul.

El presuntamente identificado como José Antonio Yépez Ortiz, alias El Marro, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, amenazó con pegar otro marrazo violento a la sociedad de Guanajuato, pues el fin de semana capturaron a su señora madre y otros familiares; sin embargo, el secretario de Seguridad Pública del estado, Alvar Cabeza de Vaca, parece que no se va a rajar y se la pondrá aún más difícil al presunto criminal.

Por cierto, lo que acontece en Guanajuato me recuerda tanto a los años violentos del sexenio panista de Calderón Hinojosa en Tamaulipas; pese al dolor que causa decirlo, eso que sucede por el Bajío mexicano no va a acabar de una tarde a la otra.

Mire, en el estado tamaulipeco al noreste de México han pasado años y las historias violentas siguen aconteciendo… por cierto, cosa curiosa, en Tamaulipas hay otro Cabeza de Vaca, pero este es Francisco Javier García, y durante su gestión ha venido cambiando la cara del “mataulipas” que encontró; quizá pueda ayudarle en algo a sus amigos panistas de Guanajuato, y a los de la GOAN, decirles que también pueden hablar para que no parezcan momias sin platicar.

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