Tres mil policías federales de los que protestaban por supuestas violaciones a sus derechos laborales, ya aceptaron los acuerdos de la mesa de negociación, mientras alrededor de quinientos elementos continuarán protestando.

Felipe Calderón, durante su sexenio formó a la Policía Federal como una extensión del cártel de Sinaloa, bajo el mando de Genaro García Luna (según declaraciones de la periodista Anabel Hernández), por ello, los policías federales que no pasaron los exámenes de confianza y polígrafo, solicitaron al expresidente Calderón que fuera su “representante sindical”.

Juan Collado (abogado de la mafia en el exilio) fue detenido por su colaboración con el crimen organizado, y “casualmente” se desinfló la revuelta de aquellos miembros de la Policía Federal (¿acaso la masacre de Minatitlán y demás oleadas de violencia, tendrán que ver con una colaboración entre narcos, policías y la mafia en el exilio, para desestabilizar el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador? Sabe).

El caso es que el “chaparrezno” no solo es aclamado por tales policías federales (probablemente metidos en malas mañas), sino que casualmente se volvió también en líder moral de la Mafia en el Exilio, de aquellos “fifís” despojados de sus privilegios que en su desesperada búsqueda por restaurar el viejo orden, no reparan en que Calderón es tremendamente impopular, que todos sabemos que se robó las elecciones y que no es capaz de mantenerse sobrio ni para mandar un mensaje a la nación mediante un video desde su cuenta de Twitter. Están condenados al fracaso si se empeñan en apoyar a un sujeto sin más apoyo real que el de su Margarita (y no precisamente su esposa). 

Por lo pronto, tengo en mi poder una convocatoria confidencial de Calderón (cuya copia no puedo mostrarles, a menos que me den una lana), donde el “expreciso” invita a sus verdaderas fuerzas aliadas para luchar contra la 4T: ¡Las etílicas!

¡Compañeros alcohólicos, apostólicos y románticos, les habla Felipe Calderron, primer Tomandante de Caballería Tequiléptica! (porque tomo tequila en caballito). ¡Hic!

Ha llegado la hora de hacer un golpe de Estado de Ebriedad contra la dictadura de López Obrador, quien es un peligro contra el hígado, ya que sus medidas de austeridad nos están obligando a ingerir Tonayan, Ron Antihumanos y otros destilados de dudosa procedencia, que nos pueden dejar ciegos, y así, jamás podremos ver el retorno de nuestros privilegios (nomás podremos oírlo, y en el mejor de los casos, beberlo). ¡Hic!

Como primera medida, formaremos un botellón de inflantería que robe los ductos de destilerías y fermentados con mis amigos huachicoleros (devenidos en tlachicoleros), para abastecernos del vital líquido que nos infundirá valor y coraje en nuestra embriagada lucha, formando un cuartel en Whiskilucan. ¡Hic!

Luego nos encomendaremos a San Pedro Domeq, y furiosos y malacopas, nos enfrentaremos a la Guardia Nacional, hasta derrocar al dictador López, haciendo como mi Tomandante Cheve Guevara, que hizo de Cuba, ¡una Cuba Libre! ¡Salucita! ¡Hic!

¡Hasta las Victorias, siempre! ¡Un cartón para ti de Victorias, un repudio para el Obrador! ¡Questo quelotro, salú! ¡Hic!