Presidente AMLO: hoy me gustó en especial su informe mañanero al extenderle y así haberlo expresado, su felicitación a Walmart por haberse arreglado para pagar su deuda con el fisco. También dio a entender el presidente, que ojalá hubiese un cambio de actitud en sus adversarios, que sean verdaderos críticos, es decir, que logren exponer la situación nacional con equilibrio de criterio, publicar lo bueno que hace el gobierno, luego también aquello que no les satisface, y explicar por qué no les satisface de manera clara sin rebuscamientos que inciten a desconfiar o a deducir otra entreverada intención. No puede ser—porque sería increíble--que no vean lo positivo, lo bueno que hace nuestro gobierno, que continúen promocionando un vaso vacío en vez del que vemos la mayoría, uno que va llenándose sin dejar de caer las gotas.

Se podrían enumerar tantas buenas acciones llevadas a cabo durante esta administración, pero una sola muestra de ello, es que México ha ido presenciando cómo nuestro presidente ha ido jalando poco a poco a los pesados deudores fiscales que debían cantidades inconcebibles al gobierno, que ejercían la defraudación fiscal por costumbre y en contubernio con los que gobernaban antes, habiendo acomodado la legislación para concretar dichas corruptelas. Sus flamantes abogados no pudieron hacer nada para defenderlos, para exentarlos de esta obligación, dado que las artimañas utilizadas antes de la 4T para evadir dicha responsabilidad social fracasaron y porque cuentan las autoridades con los documentos que comprueban dichos adeudos por cobrar.

Anunció entonces como premisa el presidente AMLO, su sincero agradecimiento a la empresa Walmart, reitero, por haber tomado la bandera de la justicia habiendo aportado lo suyo, lo atrasado que le correspondía dar, para ser aplicado en el bienestar prioritario de la nación: dos mil ochocientos millones de pesos. Así igualmente irán saldando lo que deben los demás empresarios en la misma situación, y México mucho se los agradecerá, pues para lograr la armonía tanto individual como colectiva se debe ser capaz de rectificar, sobre todo en este sentido cuando se comprueba que hoy sí se puede confiar en que los destinos fiscales no irán a parar a los bolsillos de los recaudadores.

Abrir los ojos para poder ver los grandes beneficios que la población mexicana completa obtendrá de esta noble transformación nacional es necesario para la paulatina regeneración de un tejido social que fue contaminado, que enfermó, y parte de su recuperación radica en demostrar que cabe la sana critica, aquella que aporta, que cuestiona cuando debe hacerlo en busca de la solución, pero que lo hace con el respeto la veracidad y la justicia en la mano, no con la idea de menospreciar, de negar aquello donde persiste sin tregua—y persistirá-- el loable esfuerzo para realizar el impostergable gobierno productivo y solidario que México merece.