El Fondo Monetario Internacional (FMI), que dirige Kristalina Georgieva aconsejó al gobierno de México aumentar sus ingresos fiscales no petroleros mientras consigue que el sistema tributario sea más progresivo; para lograr esto la institución financiera aconseja considerar varias medidas, entre ellas la aplicación de un Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16 por ciento en alimentos, que produciría ingresos fiscales equivalentes a 1 punto del Producto Interno Bruto (PIB).

Los expertos de la institución financiera recomiendan que para compensar el impacto negativo que tendría la medida de gravar con un impuesto a los alimentos entre la población de más escasos recursos sería necesario aplicar medidas focalizadas a este sector, pero no aclaran cuáles podrían ser éstas.

En el documento que entregaron los expertos del FMI al gobierno mexicano aconsejan “reconsiderar el Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex), aumentar la rentabilidad de la petrolera y otorgarle herramientas para que pueda fortalecer su viabilidad presupuestaria”.

Las recomendaciones de la institución que dirige Kristalina Georgieva no parecen ser muy prudentes ya que existen evidencias que el cobrar el IVA a los alimentos perjudicaría a los sectores de más escasos recursos y beneficiaría a los estratos de la población con los más altos ingresos.

Si bien es cierto que cobrar un Impuesto al Valor Agregado, en alimentos tendría ventajas para el gobierno, las empresas, ya que no hay manera más cómoda para una administración federal de sacar dinero cobrando el IVA a la comida, y para las empresas que simplifican su contabilidad al trasladar el impuesto al consumidor.

Hay que recordar que el IVA es un impuesto al consumo, regresivo lo que significa que es una tributación que recauda un menor porcentaje de los ingresos en la medida que la persona gana más. Asimismo, representa una mayor carga para los individuos de bajo estatus socioeconómico.

En otras palabras, el Impuesto al Valor Agregado al ser una tributación regresivo que afecta relativamente más a los pobres que a los ricos. Por lo tanto, no tienen un efecto de redistribución de la riqueza; por el contrario, si son muy altos pueden acentuar aún más la desigualdad en una sociedad como la mexicana.

El escritor Gabriel Zaid publicó en la Revista Letras Libres de mayo del 2013 un artículo de nombre “Lo mejor del IVA” donde demuestra lo perjudicial que sería para los sectores de la población con más bajos ingresos la propuesta de gravar con el IVA los alimentos.

Los argumentos que esgrime Zaid para criticar la propuesta de gravar con un impuesto al consumo los alimentos, se basa en una investigación de la “Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010 confirma lo que se sabe desde el siglo XIX, cuando Ernst Engel (no Engels) estableció que la composición del gasto familiar varía en función del nivel de ingresos. En particular, que a los pobres se les va gran parte del ingreso en alimentarse, proporción que disminuye entre las familias que tienen mayores ingresos y pueden gastar en muchas otras cosas. De los 29 millones de hogares censados en 2010, el decil inferior (los 2.9 millones que ganan menos) gasta la mitad de sus ingresos (49.9%) en alimentos, bebidas y tabaco, proporción que desciende a menos de la cuarta parte (22.9%) en el decil superior (los 2.9 millones que más ganan)”.

“El 16% del IVA cargado al 49.9% de los ingresos representa el 8% de los ingresos más bajos, mientras que el 16% del 22.9% representa el 3.7% de los ingresos más altos. O sea que (en proporción a sus ingresos) los pobres pagarían más del doble que los ricos: 8% en vez de 3.7%”.

En conclusión Zaid demuestra con números lo perjudicial que sería para la población de más escasos recursos gravar con el Impuesto al Valor Agregado a los alimentos.

En lo que respecta a la recomendación del FMI de que se revise el Plan de Negocios de Pemex, la institución de financiera internacional en mi opinión también es errónea ya que si algo ha funcionado es la estrategia que ha tenido en materia energética la actual administración.

El presidente Andrés Manuel López Obrador informó en la conferencia mañanera del 24 de septiembre que se logró estabilizar la caída en la producción petrolera y "ya empezó la recuperación".

En la conferencia de prensa presidencial el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, indicó que hasta hoy se tiene una producción de un millón 715 mil barriles de petróleo diarios, y se estima que para el 1 de diciembre sean un millón 778 barriles.

Mientras que la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle, aseveró que el Sistema Nacional de Refinación implementó un plan emergente para rescatar o elevar la producción de petróleo que consta en el mantenimiento de las refinerías "que estaban muy descuidadas" y en la rehabilitación.

Nahle agregó que en diciembre de 2018 se procesaban 507 mil barriles por día, equivalente a 32 por ciento de la capacidad de refinamiento, y que esa cantidad ha aumentado a 814 mil que equivale que equivale a un 52 por ciento en el actual mes de septiembre.

En lo que se refiere a la deuda de la hoy empresa productiva del Estado, el gobierno de López Obrador está teniendo buenos resultados y se ha llegado acuerdos muy benéficos con los acreedores, para aliviar los problemas financieros de Pemex.

Tengo otros datos, la creación de empleo formal en México repuntó el pasado mes de septiembre. Extrañamente está información no ha sido difundida por Macario Schettino, ni por Sergio Sarmiento y mucho menos por Raymundo Riva Palacio y ni siquiera el abogado  y jefe de campaña del expresidente Felipe Calderón, el Sr. Ciro Gómez Leyva.

En el noveno mes del año se crearon en el país 145,416 plazas laborales, esto es 12.3 por ciento más que en septiembre del año pasado, de acuerdo con el reporte mensual de empleo formal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Esto fue posible gracias a un repunte significativo del alta de plazas laborales de carácter eventual, que se contabilizaron en 54,907, esto es 80 por ciento más que el año anterior.

En el noveno mes del año, el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) creció 1.9 por ciento a 20 millones 567,426 personas, ritmo que mostró una leve aceleración tras el avance de 1.8 por ciento observado en agosto pasado.

Estos números muestran que la economía mexicana está teniendo una leve recuperación