Pensar en la conmemoración del día mundial de los alimentos, o World Food Day es complicado en un país con altos niveles de obesidad. Pero el día mundial de los alimentos no solo es de acabar con el hambre a nivel mundial, también se trata de acabar con la mala nutrición y la obesidad es un problema de la mala nutrición. Y si a eso le añadimos la parte de producción de alimentos y lo que se necesita para el futuro, el día mundial de los alimentos es un día de reflexión bastante importante.

 

Un mismo país puede tener este problema triple que tiene que ver con la alimentación, mala nutrición, falta de micronutrientes y obesidad. Esto puede pasar en el mismo vecindario y más seguido de lo que parece, en la misma casa.

Una madre con obesidad puede hacer que sus hijos no se estén nutriendo bien. La madre buscando “bajar de peso” puede estar dándole a sus hijos alimentos que no cubren el espectro nutricional adecuado. Este problema puede causar otro que está siendo monitoreado por la Unicef, el crecimiento de los niños. Hay una estadística donde los niños no están creciendo a los niveles esperados por causa de una mala nutrición. Un retraso en el crecimiento es un indicador que la nutrición llevada en esa zona no es la adecuada y a esto se suma el desarrollo mental, físico y la posibilidad de tener problemas de enfermedades en el futuro.

Así como un niño gordo es indicador de una mala alimentación, un niño flaco también.

 

El sur de México es la zona donde más pobreza hay. Los estados de Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas son los que sufren más de este problema. En una gráfica de la OECD con datos del CONEVAL, la situación de pobreza en estos cuatro estados es grave. En Veracruz, por ejemplo, el 60 % de la población vive en estado de pobreza, y de estas personas, al menos un 25% vive en estado de pobreza extrema. La gente en estado de pobreza extrema tiene el problema de mala nutrición por falta de alimentación, la que vive en pobreza, muchas veces tiene el problema de obesidad por conseguir alimentos que no tienen un balance nutricional adecuado.

Los problemas de salud que provocan una mala nutrición son los que tienen los hospitales llenos. Diabéticos y enfermos por mala alimentación.

 

Las Naciones Unidas estiman que para el 2050 seremos alrededor de 10 billones de personas habitando nuestro planeta. Si mantenemos nuestros hábitos alimenticios actuales sería muy complicado poder llenar la necesidad de proteínas necesarias para nuestra raza. En otras palabras, la “carnita asada” para todos sería un lujo y muchas personas no podrían tener acceso a proteínas en muchas partes del mundo.

La proteína es esencial para el desarrollo, crecimiento y nutrición de cualquier humano.

El cambio de costumbres en la obtención de las proteínas es esencial. Sabemos que producirlas es caro y ecológicamente difícil de sostener, piense en el caso de Brasil y la quema del Amazonas para alimentar ganado.

El mundo está trabajando en soluciones para lograr que esto no sea un problema. Proteína vegetal, “carne de laboratorio” entre muchas otras. ¿Estaremos preparados para cambiar nuestras costumbres?

 

Hay muchísimos temas relacionados con la alimentación. ¿Sobre cuál centrarnos? Creo que deberíamos de concentrarnos sobre los que estén a nuestro alcance.

En temas de nutrición, proveer a nuestra familia con una nutrición balanceada que tenga los grupos alimenticios necesarios para el crecimiento y desarrollo. Dicen que la comida es la primer medicina. Con mejores costumbres, seguramente las visitas al médico se reducen y los problemas de salud se minimizan.

En cuestiones ecológicas y económicas, el consumir productos locales ayuda bastante. Reduce la huella de carbono, incentiva a la economía cercana y promueve la diversidad de cultivos. Imagine que, según datos de la FAO, 6,000 cultivos han sido producidos por la humanidad a través de la historia, hoy, solo 8 proveen más del 50% de nuestros insumos diarios de calorías.

El costo de la obesidad y de la mala nutrición es más caro que el de estar bien alimentados. Los sistemas de salud no estarían tan saturados como hoy si hubiera un consumo alimenticio responsable.