La política bien podría servir como referencia o inspiración para escribir de amor y desamor, de lealtades y traiciones, de triunfos y fracasos, de pasiones y apatías. Y es que en los tiempos en que nos ha tocado vivir, todo da vuelta, los ciclos son mas cortos y difícilmente algo nos puede sorprender.

Por eso es normal que previo al 2021, el año de las elecciones más grandes en la historia de nuestro país, en donde estarán en juego 15 gubernaturas, la Cámara de Diputados, y congresos locales y alcaldías en 30 entidades del país; los partidos políticos y sus dirigentes y liderazgos busquen a toda costa salir triunfantes en los próximos comicios.

Para ello, las ideologías partidistas se harán a un lado y se privilegiará un objetivo común más grande, que pueda unir frentes no necesariamente homogéneos para ampliar las probabilidades de obtener un buen resultado en junio próximo.

Hace unos días se confirmó la primer alianza PRI-PAN en la historia, registrada en San Luis Potosí con el propósito de contender juntos por la gubernatura y evitar la llegada de Morena a la entidad. Esta es tan solo la primera de muchas entidades del país en donde el Revolucionario y Acción Nacional irán juntos por primera vez, una situación si bien difícil de imaginar hace apenas unos años, si entendible y vendible por lo menos hacia sus militancias; en donde a pesar de su historia y supuestas ideologías, el común denominador que comparten y anteponen en esta ocasión, será el de hacer un frente común en contra de Morena y el lopezobradorismo.

Varios sectores de la sociedad anti izquierda, habían alzado la voz durante el último año, barajeando esta posibilidad, misma que será ahora una realidad y que tendrá una gran apuesta. Para ambos partidos, la repartición de las posiciones y los resultados electorales serán fundamentales para sobrevivir como una verdadera oposición. Una derrota contundente, demeritará su posición y los dejará en una mala posición de cara el 2024, de cualquier forma no tienen otra alternativa, adaptarse o morir.

Morena deshoja la margarita, sabe bien que la popularidad del Presidente aún le da para por sí mismos ser la mayor fuerza política del país, seguramente incluirán a los partidos que los acompañaron en el triunfo del 2018, Encuentro Social y el Partido del Trabajo, fuera de eso, no hay nada cierto, al contrario, hay más dudas y divisiones en torno a la inclusión del Verde.

San Luis Potosí es el ejemplo de esta situación, donde el partido del Presidente hizo oficial su alianza con los mal llamados “ecologistas” para que unos días más tarde rectificaran y confirmaran ir solos por la gubernatura de aquel estado.

Y es que el calculo de añadir al PVEM a su fórmula es de pronostico reservado, si bien, hay estados en donde las franquicias de este partido tienen operadores importantes que le pueden sumar estructura a Morena, hay otras entidades en donde prácticamente por sí solos no representan nada.

Y lo que el Verde si representa en todo el país, es el oportunismo político, el partido que encumbró a personajes como el “Niño Verde” o “Jorge Kahwagi”, lo mismo se sumó al proyecto Vicente Fox, que al de Madrazo y Peña Nieto y ahora quieren volver a arrimarse al partido en el poder para subsistir.

Por lo pronto, es el PVEM quienes parecen haber perdido peso en la negociación, su decisión de jurarle lealtad anticipadamente al Presidente, desde la aprobación de sus reformas, hasta la cesión de diputados para que Morena consolidará su mayoría en el Congreso, los deja hoy con una sola cuerda de donde agarrarse y esta parece estarse rompiendo. Imposible dar marcha atrás y sumarse al proyecto opositor PRI-PAN, imposible que solos puedan ser competitivos en la contienda; incluso arriesgarían su mismo registro. Por ello, Morena los tiene donde quiere, pero aun no sabe si en verdad los quiere. Porque sumarlos puede significar una ruptura entre sus verdaderos militantes, puede también arrebatarles el discurso anticorrupción y mafia del poder que tantos resultados les han dado.

Mientras tanto Movimiento Ciudadano se mantiene firme en su intención de ir solos, sabedores que hay entidades en donde pueden incluso dar la sorpresa y también sopesando el escenario en donde pueden convertirse en el fiel de la balanza, lo que les daría mayor poder político y ampliaría sus posibilidades rumbo al 24.

Dicen que en la guerra y el amor todo se vale, si a esta frase le añadimos la palabra “política”, sería mucho más precisa; y es que en este mundo tan polarizado hay poco margen de error, por eso, en los próximos meses podremos constatar varios ejemplos de que del odio al amor hay un solo paso, en este caso, el voto.