El mal manejo y la corrupción en el tema de los puertos se manifiesta en el tráfico de drogas, situación en la que, al parecer, la política implementada por AMLO no ha dado resultados y tiene que acudir a decisiones de fuerza, ante la total incapacidad del secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo y un pobre entendimiento del sistema aduanero mexicano.

México es parte de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) que en junio de 2005, el Consejo de la OMA adoptó el Marco Normativo para Asegurar y Facilitar el Comercio (Marco SAFE) que ha venido actuando como un elemento disuasivo contra el terrorismo internacional y en favor tanto de la recaudación segura de ingresos como de la promoción de la facilitación del comercio en todo el mundo

 

Aduanas no es seguridad nacional

Comprender las funciones del sistema aduanero mexicano es complicado, pues involucra prácticamente a todas las áreas del gobierno.

Es un error pensar que está en el ámbito de la seguridad nacional, como lo estableció AMLO. Su función principal es la de recaudación, control de las mercancías, estadística y aplicación de medidas sanitarias, amén de mantener con todo esto los acuerdos de operación comercial contraídos en el T-MEC y ante la OMC.

Disciplina, orden, estrategia son habilidades de los militares pero los conocimientos para descifrar y aplicar la Legislación Aduanera requiere estudios especializados

Los métodos no intrusivos y aplicar el análisis de riesgo es el camino a seguir ( big data )

Resulta un grave error, pensar que el narcotráfico, armas y medicamentos prohibidos pasan por el sistema. El crimen organizado mantiene otras líneas de introducción al país de sus mercancías y armas, que evidentemente no pasan por los filtros aduaneros.

Existen puertas alternas, brechas, puertos, muelles e incluso pistas clandestinas sin autoridades.

En la decisión tomada por el jefe del Ejecutivo se confunde el contrabando técnico con corrupción. Más del 90% de mercancías no se revisan porque pasan por inteligencia, sistemas, agentes aduanales corresponsables y compulsas en origen para su mejor control.

 

Militarizar a la Trump

La militarización es otro tema que se utiliza como excusa para otros fines. La pregunta es ¿qué se espera con la militarización de aduanas y puertos? En marzo de este año publiqué en este mismo espacio una columna con el título: “La militarización en tiempos de virus” en la que explicaba como poco a poco AMLO le daba el control de todo a las fuerzas armadas; La crisis es propicia para que los gobiernos débiles lancen políticas “por debajo del agua” para incrementar medidas de seguridad, cierre de fronteras y separaciones nacionalistas y desde ahí, estructurar gobiernos totalitarios que les permitan mantenerse en el poder.

En la propuesta de militarizar todas las actividades, incluyendo puertos y aduanas, aun sabiendo que la militarización nada tienen que ver los temas de libre comercio, recaudación y otros asuntos inherentes al funcionamiento de las aduanas, viene desde principios de la administración de AMLO, con una iniciativa que impulsó la anterior directora del SAT, Margarita Ríos Farjat, y que no trascendió por falta de consensos en el Congreso de la Unión.

Después de la visita de AMLO a Washington, la pregunta es saber si el manotazo de AMLO fue por instrucciones de su gran amigo, Donald Trump para garantizar la seguridad en esta nueva formación de bloques económicos y geopolíticos o, por la incapacidad de su secretario de Seguridad Pública para garantizar la seguridad y que México hoy parezca un queso gruyer lleno de hoyos por donde se cuela cualquier cosa.

Pero todo indica que se trata de la suma de todo y obedece a un tema de seguridad nacional. Una de las primeras iniciativas de AMLO fue la de militarizar la frontera sur del país, medida controvertida que representó un acto de buena fe en la relación México-Estados Unidos, ahora con la militarización de los puertos y aduanas, prácticamente se sella el país, en lo que puede ser otro de los compromisos que adquirió AMLO frente a Trump.

La medida tomaría cierta lógica bajo la óptica de AMLO de que México se “aísle” del mundo, sin que se exporte ni se importe nada, que todo se produzca en el país, como en la novela del inglés Daniel Defoe, acerca de la supervivencia de Robinson Crusoe en una isla, según narra la trama “del hombre perfecto y de la moral suprema, que logra sobrevivir en una isla gracias, entre otras cosas, a su conversión al cristianismo”.

La medida de militarizar puertos y aduanas solo revela la ineficiencia del gabinete de AMLO que todo el tiempo tiene que recurrir a sus “bomberos” uno es el canciller Marcelo Ebrard y el otro gran bombero han sido las fuerzas armadas.

Al final, esta medida puede afectar fuertemente la actividad del comercio exterior y las aduanas que, en lugar de atender su función, se convertirán en policía, lo que distorsionará su actividad en perjuicio de la recaudación, del fomento a la productividad económica y de cubrir las necesidades de bienes y servicios que México requiere.