La Refinería Francisco I. Madero, ubicada al sur de Tamaulipas, es uno de los centros de refinación más importantes de México y cotidianamente engrosa su accidentado expediente. Los constantes sucesos la tienen en la mira de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

En esta ocasión una fuga de ácido en la línea de carga de la torre 2-T-01 obligó que se suspendieran los trabajos de operación en la planta de Alquilación, por fortuna no se reportaron personas lesionadas pero centenares de trabajadores y alumnos de las escuelas aledañas como la  Hermenegildo Galeana y Francisco Castellanos, tuvieron que ser desalojados.

De acuerdo con información de la STPS en Tamaulipas, Petróleos Mexicanos se ha hecho acreedor a multas de hasta 5 millones de pesos por siniestros ocasionados en la Refinería Madero, misma que ha sido sometida a por lo menos 8 inspecciones en los últimos meses.

Apenas en 2014 se conmemoró el primer centenario de la accidentada empresa mexicana y en septiembre pasado, un trabajador de la empresa Novarum murió tras ser golpeado por una manguera de alta presión de la Planta Catalítica; tales acontecimientos, muchos de ellos de consecuencias mortales, han obligado a la STPS a realizar inspecciones extraordinarias y algunos sectores de la sociedad tamaulipeca han exigido la clausura del centro de refinación al considerarla una bomba de tiempo, mientras que para miles de mexicanos, pese a sus riesgos, sigue significando una importante fuente de empleo y progreso.

El último siniestro registrado fue el acontecido la mañana de este martes cuando la línea de carga de la torre 2-T-01 presentó una falla y generó una fuga de ácido que fue controlada de manera inmediata por el personal operativo del centro de refinación, pese a ello, tuvieron que suspender la operatividad de la planta y se vieron obligados a activar los protocolos internos, mientras tanto para evitar una tragedia mayor, cientos de niños y trabajadores fueron asegurados en áreas alejadas de la zona afectada por la fuga del "ácido".

 Como pocas veces sucede la paraestatal en esta ocasión, informó de inmediato a la Dirección Municipal de Protección y personal de la Secretaría de Marina Armada de México, para que brindaran apoyo en los trabajos de desalojo.

Lejos de enorgullecer a los tamaulipecos del sur del Estado, esta plataforma industrial se convierte en un verdadero temor que inspira enojo y desilusión.

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