Hace días que el nuevo promocional de la Secretaría de Turismo de Guerrero, “Mom I’m in Acapulco”, se volvió polémico por la imagen “juvenil” que aparentó.

Al grado que el gobernador del estado, Héctor Astudillo, tuviera que ofrecer disculpas por la indignación que causó en redes sociales y la Secretaría de Turismo federal optará por emitir un comunicado deslindándose de la producción del video.

El video promocional inició con una fuerte frase: “Dejamos de ser una postal”, misma que no tiene cabida para hablar de un destino, claramente la gente que estuvo a cargo de la campaña no tiene ni idea de cómo elaborar publicidad, tan es así que ni siquiera se pudo defender desde algún ángulo el concepto.

Aun para promover un destino para el segmento juvenil, no se pude elaborar algo que parezca “reality”, pues es una visión errónea de la realidad del lugar. El turismo va mucho más allá de eso y la campaña se pensó bajo ciertos estereotipos negativos, que además no son incluyentes.

Lo que se debe tomar en cuenta para realizar una campaña de promoción es dar a conocer las bondades, riquezas, identidad y hospitalidad de su gente que enganchen al turista y en este caso a los jóvenes.

Con esto, no se debe crucificar un destino como Acapulco, que tiene mucho que ofrecer a cualquier visitante, pero sí cuestionar campañas que visual y conceptualmente son pésimas.