El ser humano se acostumbra a todo menos a no comer y tomar agua. El próximo lunes 800,000 trabajadores (as) formales no cobrarán salario por cierres directos o ajustes en sus empresas, pero hay que tomar en cuenta que cada uno de estos trabajos formales tiene aparejado de 5 a 8 trabajos formales e informales relacionados, así que estamos hablando de por lo menos 4 millones de trabajadores (as) que no recibirán ningún ingreso a partir del próximo lunes 23 de marzo de 2020.

Para entender el fenómeno, hay que analizar cuando una planta armadora de carros de 6,000 trabajadores cierra por paro técnico o por mandar a sus trabajadores de descanso sin goce de sueldo, además de esos empleos directos, se afecta a toda una cadena de producción relacionada, a las fábricas que les surtían refacciones, piezas, implementos, que van desde llantas hasta focos, a los que transportan esas materias primas, camioneros, traileros, a los profesionista que trabajan en toda esa cadena: contadores, abogados, recursos humanos, etc., incluso a toda la gente que le vende a esos trabajadores, los que hacen tacos, les venden seguros, en abonos, etc., es exponencial el número de personas afectadas por la suspensión de actividades de una fuente de trabajo formal.

Hasta el día hoy han cerrado plantas de General Motors, Toyota, Honda,Audi, Volkswagen, Ford, Fiat Chrysler, FCA, en estados como San Luís Potosí, Jalisco, Puebla, Sonora, etc., cierres a los que se suman la industria maquiladora que reporta el 9% en paro técnico y las que quedan 45% están afectadas o con reducción de actividades, las líneas aéreas están reduciendo rutas, los hoteles están cerrando y han despedido a casi el 60% de su personal en zonas como Quintana Roo. El sector restaurantero es el más afectados, así como toda la industria relacionada al turismo.

Pero el tema no termina allí, cuando pensamos en un trabajador o trabajadora tenemos que observar que son ingresos para una familia, de tres o cuatro personas, así que el fenómeno se multiplica por millones, hasta este lunes por lo menos a la sexta parte de la población mexicana.

Esta clase trabajadora se encontraba en el rango de pobreza, la mayoría ganan entre uno a tres salarios mínimo, solo el 8% de los asalariados ganan más de 5 salarios mínimos en nuestro país.

No dejemos de observar que el rango de edad de la clase trabajadora es de 21 a 50 años, no contratan a gente mayor, así que son personas que no se consideran dentro de la edad de mayor peligro por contagio del #COVID19. ¿Qué van a hacer, quedarse en casa a morirse de hambre o salir a buscar alimento con el riesgo de infectarse?

Esto está sucediendo sin que se declare una contingencia sanitaria, porque en el momento en que se declare el 70% de los trabajos formales se encontrarán en esta situación (14 millones) con sus colaterales empleos informales. Actualmente el 98% de las empresas son Pymes y emplean a más de 11 millones de trabajadores, serán las más afectadas.

A diferencia de otros países, a donde vemos las cuarentenas como España, Francia y ahora EU, se cuenta con seguro de desempleo, hay apoyos, pero aquí no, lo que tenemos como instrumento en la Ley Federal del Trabajo es que, una vez declarada la contingencia sanitaria, en las actividades efectuadas se mandará al trabajador a su casa con salario mínimo un mes como indemnización. Pero ojo, ya se adelantaron muchas empresas como Alsea y otros, mandaron a sus trabajadores sin salario a casa, antes de que les generaran la obligación.

El dilema en los países en cuarentena hoy, que al final están afectando todo el proceso productivo y sus economías, es analizar cómo será el proceso de regreso a la normalidad, como salir de las cuarentenas ante un virus que no dejará de existir pero que no puede alargarse más el paro económico.

Toman especial relevancia hoy los programas sociales que se han implementado, habrá que esperar qué respuesta se tiene para los desempleados, esperamos ver pronto alguna propuesta.

Abogado laboral. Maestro en Derecho UNAM.