Sí llegarían buenos regalos a los niños y quienes no recibieran ningún juguete se conformarían con unos buenos fajos de billetes de a mil.

Su trineo sería marca Hummer y de copiloto iría Rodolfo alías “El Cirano Colorado” o el “nariZETA-40”.

En lugar de entrar por la chimenea mandaría una avanzada para abrir fuego en las entradas principales.

En vez de recibir cartitas, los niños pedirían sus regalos en vistosas narcomantas colocadas en puentes peatonales y edificios.

Sus frases no serían ¡Jo,jo,jo… feliz navidad!, sino “¡Para que aprendan a regalar pinches Reyes Magos!”.

Su disfraz estaría confeccionado con relleno de anfetaminas, cocaína simulando un acolchonado color blanco en su abrigo y barba, mientras que en su cinturón se esconderían varias tachas y sus botas estarían repletas de marihuana para “quemarle las patitas a Satanás”.

Mantendría el incógnito al portar más pasaportes e identificaciones "chocolates" que Raúl Salinas.

Por supuesto su imagen seguiría apareciendo en la Coca… Cola, catapultando las ventas de esta bebida, una vez controlados los territorios en los que otros cárteles tuvieran presencia como el Cártel del PEPSÍfico.

Se venderían tarjetas navideñas y adornos alusivos a Santa Claus destacando la letra zeta en las frases que tradicionalmente colocan en este tipo de adornos, por ejemplo: “feliZ navidad y próZpero año nuevo”, “feliZeZ fieZtaZ”, “feliz doZmiltreZe”

En lugar de enanos, tendría a federales, marinos y militares ayudándole en chinga con el cargamento.

No vendría de ningún polo, a lo mucho vendría escuchando algún CD de Polo Polo en su troca.

Concedería entrevistas por ahí de agosto a Proceso y por supuesto aparecería en la lista de los millonarios en Forbes.

Y ya después de haber cumplido con su cometido se daría unos buenos encerrones con su Reina del Sur, en el motel La Noche Buena.

 

Eric Fernández.

@fdezeric