Si a algún mexicano le llegó la navidad por adelantado, fue a Enrique Peña Nieto.

Adorado unánimemente en los medios oficialistas mexicanos, en plena luna de miel de inicio de sexenio (pese a pifias como esta), la “buena estrella” de EPN también aparece en medios internacionales.

Basta leer sitios como el Financial Times y otros medios ingleses y norteamericanos para observar como México y su presidente mediático están de “moda”. Brasil, el país latinoamericano de moda durante los últimos 10 años, está “out” y México está como favorito en las “tendencias” de los inversionistas internacionales ansiosos de expandirse a los llamados mercados emergentes.

Pero no es simple bondad navideña lo que está detrás de estos dulces cantos lanzados a los oídos del gobierno mexicano. Los extranjeros ansían quedarse con una jugosa tajada –o con el pastel completo- de Pemex, CFE y los todavía vastos recursos naturales de México.

Mientras tanto, Peña sonríe y sonríe. Bastará esperar unos años, sin embargo, para observar como tanta felicidad y tanto blof se transforma en lo que narra aquella famosa canción, una “Amarga Navidad”.