La firma de un pacto nacional por parte de los tres partidos con mayor presencia en el Congreso de la Unión, PRI, PRD y PAN, si bien provocó una extraordinaria uniformidad en la prensa escrita que con sus matices particulares coincidieron en dar la nota principal a la firma del acuerdo, deja ver también otra realidad, pues se advierte que la propuesta es atractiva, si se logra unir en un solo propósito a todas la mayor parte de las fuerzas políticas del país, le esperan a México muchas décadas de prosperidad y estabilidad, si se recuerda la experiencia similar que encabezó el sonorense Plutarco Elías Calles, con sus lógicas diferencias de tiempo y forma, aunque afines en algunos de sus propósitos.

El Partido Nacional Revolucionario se creó el 5 de enero de 1929 con la idea de aplacar la violencia que provocaban las decenas de fracciones revolucionarias convertidas en fuerzas políticas locales, pues cada perdedor en elecciones constitucionales se decía dueño de la verdad revolucionaria y amenazaba (y no pocas veces lo cumplía) con revueltas armadas). La oferta de Calles les pareció atractiva y aceptaron unirse al PNR para que fuera el órgano encargado de organizar las elecciones y dar a cada antigua tribu armada una cuota de poder, a cambio de disciplinarse a los designios del partido, que no era otro que la voluntad de Calles.

Con la firma de ese gran pacto, México pasó de ser un país de caudillos a uno de instituciones, se decía, aunque en realidad lo que se había anulado era el poder desestabilizador de los caudillos locales para que fuera el propio Calles quien asumiera el mando total, mismo que fue hecho trizas poco después por el general Lázaro Cárdenas, ordenando su retiro de la cosa pública.

Al perder el PRI el control del Congreso, las agendas de los partidos componentes, merced a su particular propuesta electoral, no pudieron traducirse en leyes y muchas iniciativas fueron atoradas por aplicar lo que en política se denomina “suma cero”, en la que las perdidas del adversario son mis ganancias. Los últimos  tres años de gobierno sin mayoría de Ernesto Zedillo no fue muy afortunado, tanto, que su imagen de quedó tan deteriorado, que su partido las elecciones frente un pintoresco personaje que actuada más como un provocador de cantina que como un político respetable.

A Felipe Calderón le fue peor. El estrecho margen con el que triunfó sobre López Obrador (0.56 por ciento) dejó en por lo menos la tercera parte del electorado la idea de que no ganó legalmente en la contienda constitucional por el poder federal, por lo que buscó legitimarse con una guerra que acabó por sumirlo en uno de los peores desprestigios de los mandatarios mexicanos.  La guerra de Calderón tuvo un problema de origen: la hizo sin el consenso de las demás fuerzas políticas institucionales y su gobierno fue victimizado por los poderes fácticos. Los gobernadores en los estados de todos los partidos políticos. Fueron los ganadores de las ganancias petroleras. Se vio acorralado entre la disyuntiva de cortar el subsidio a la gasolina, que en  octubre de este año fue de 15 mil 382 millones de pesos, que pudo haber provocado una ola de protestas de todos los sectores afectados o mantenerlos a costa de una deuda pública que puede explotar a un futuro mediato. La maestra Elba Esther Gordillo impuso su voluntad en la Secretaría de Educación Pública. Los narcos penetraron toda la estructura de seguridad. Todo esto pudo evitarse con la construcción de consensos, a partir de los disensos, como parece estar ocurriendo con Peña Nieto.

Por lo pronto, llama la atención que 14 de los diarios impresos que se editan en la capital del país se hayan uniformado en la selección de la nota principal. Veamos:

REFORMA: Toma Peña riendas de política educativa.

EL UNIVERSAL: Define metas.

LA JORNADA: El nuevo gobierno lanza 13 grandes decisiones.

MILENIO DIARIO: Primera tarea, México en paz.

EXCÉLSIOR: Mover a México.

LA CRÓNICA DE HOY: Decide Peña ordenar la educación y buscar la paz.

EL FINANCIERO: Define rumbo.

El SOL DE MÉXICO: debemos unirnos en metas comunes: EPN

UNOMÁSUNO: Quiero un México sin pobreza: EPN

RUMBO DE MÉXICO: Presidente.

LA RAZÓN: Vamos a convertir a México en potencia.

IMPACTO DIARIO: “Transformaré a México.

OVACIONES: Asume Peña y lanza 13 acciones para el cambio.

LA PRENSA: ¡Tiempo de México!

Esto no se había visto desde la mitad del sexenio de Ernesto Zedillo, porque la prensa era uno de los principales soportes del Presidente de la República en turno. No recuerdo que Vicente Fox o Felipe Calderón hayan suscitado tal unanimidad.

Los “peros” que se ponen al pacto, vienen, en primer lugar de AMLO, quien argumenta que el pacto es un engaño y corrupción. En su cuenta de Twitter el ex candidato a la presidencia indicó: "Total, ellos roban pero dejan robar y quien no transa no avanza". También se queja que ante su negativa a suscribir el Pacto por México se ha desatado una nueva campaña de calumnias en su contra y en contra del movimiento del que es líder. "Por no aceptar el pacto de la deshonra, ya desataron de nuevo la campaña de calumnias contra nosotros", escribió.

Las admoniciones del líder de Morena reflejan que sólo una parte del PRD está en favor de sumar esfuerzos y trabajar en las reformas que el país requiere, de acuerdo con la visión plural de los actores políticos nacionales, como lo son los líderes de los partidos representados en el Congreso de la Unión, los gobernadores de todos los partidos, dirigentes empresariales y sindicales para que cada uno ceda parte de sus demandas y se construyan políticas públicas en consecuencia.

Lo que no ha entendido el tabasqueño es que su partido en formación, Morena, no es ni con mucho, mayoría ni siquiera de las izquierdas; que está echando al cesto de la basura los votos que recibió de esa parte del electorado que creyó en su discurso del amor. Su pregón de odio lo lleva, hoy por hoy, al precipicio de la política.

El pacto en sí, por otra parte, representa un reto a la imaginación, no de Peña Nieto, sino de todos los los participantes que tendrán que calcular los costos-beneficios de cada una de las acciones, porque, por ejemplo, desmantelar el poder de Elba Esther Gordillo, conllevará necesariamente a acciones de fuerza, porque la maestra, al igual que todos los líderes de poderes fácticos, no se quedará con los brazos cruzados como lo hizo su víctima, Carlos Jonguitud Barrios, cuando Carlos Salinas le dejó en propiedad el SNTE.

Baste recordar que el Gobierno de Calderón no logró encarcelar a los poderosos líderes de los sindicatos Mexicano de Electricistas, de Martín Esparza, y Minero y Metalúrgico, de Napoleón Gómez Urrutia, ambos acusados formalmente de haber depredado decenas de de millones de dolares de sus respectivas organizaciones laborales.

Respecto a la creación de un Código Penal unificado en las 31 entidades y el de la Ciudad de México, está como muro de contención el crisol ideológico de los gobernadores, porque de casi todos los partidos políticos con registro y cada uno tiene sus respectivos compromisos con su clientela electoral y las respectivas plataformas políticas, por ejemplo, el aborto, que se considera delito en casi todos los estados, como lo advierte Renato Sales, procurador de Justicia de Campeche, según consigna el diario Reforma.

El nuevo Código Penal, para lograr el, propósito de un “México en paz”, como lo anunció Peña Nieto,   deberá estar diseñado con visión de gran calado para que en el detalle fino del articulado no se puedan filtrar las triquiñuelas clásicas que permiten a los agentes del ministerio público, por ejemplo, hacer consignaciones “light” para que el juez no tenga elementos suficientes como para sentenciarlo. Un dato revelador: Informa la PGR, según el diario Excélsior (http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=872864&seccion=seccion-nacional&cat=1, que se aprehenden a 623 mil, pero liberan a 498 mil. La dependencia reporta que a la mayoría no se les acreditó el delito y sólo a 5 mil 608 se les pudo vincular con bandas del crimen organizado.

En fin, cada uno de los grandes problemas conlleva enormes desafíos a la imaginación humana y a la voluntad de resolverlos. Lo grave es que no se cuenta con un inventario de políticos corruptos ni con los que de plano cobran en el erario y en las nóminas del crimen organizado, ni la visión de país está uniformada sobre lo que podría recomponer el estado de injusticia, desigualdad que mantiene postrado en la pobreza a, esa sí, la mayoría de los mexicanos.

Pero no deja de ser una oportunidad para quienes crean que se puede. Habría que dar el beneficio de la duda, como escribió Víctor Flores Olea en La Jornada del lunes 3 de diciembre.