Resulta evidente que los disturbios ocurridos antes, durante y después de la unción de Peña Nieto no fueron ocasionados por estudiantes ni organizaciones civiles que se niegan a reconocer el triunfo de Peña Nieto después de una elección manchada por el derroche de dinero, la compra del voto y la manipulación de información realizada por los medios masivos de comunicación, con honrosas excepciones.

Los estudiantes no acostumbran portar pasamontañas ni mochilas pesadas sobre la espalda, tampoco lanzan palos y piedras durante las manifestaciones. Sus armas son la palabra, la razón y la verdad. Su indignación está inscrita en discursos, pancartas y mantas que revelan grandes verdades que la derecha, llámese PRI o PAN, se ha negado a escuchar.

Quienes ejercieron su derecho a manifestarse pacíficamente recibieron el sábado pasado un duro golpe de parte de las fuerzas de seguridad del Estado que, lejos de establecer el orden, desencadenaron una lamentable situación que marcó para siempre el regreso del "nuevo" PRI, tan represivo e injusto como siempre.

Una vez consumada la imposición, lo que sigue es continuar la lucha de manera PACÍFICA para evitar confrontaciones belicosas, cuyo objetivo es justificar la instalación del régimen autoritario y represivo que vuelve de la mano del ahijado de Carlos Salinas de Gortari.

En el Distrito Federal, gracias a la concientización de la gente, contamos con mayoría en la Asamblea Legislativa para aprobar las leyes y medidas que redunden en beneficio de las mayorías y mejoren las condiciones de vida de la gente. Contamos con mayoría para seguir haciendo de la Ciudad de México uno de los lugares más seguros y prósperos del país.

Pero no ocurre lo mismo en los Congresos ya que ahí la mayoría la obtienen el PRI, el PAN, el PVEM y el PANAL de común acuerdo, porque hay que recordar que siempre se ponen de acuerdo cuando se trata de defender los privilegios de unos cuantos aunque al pueblo y al país se los siga llevando el tren.

Por eso es importante, desde mi punto de vista, que el PRD no sólo se sume al PACTO POR MÉXICO sino que en dicho pacto haya aportado los puntos medulares en cuanto a programas sociales y defensa de los derechos de los ciudadanos se refiere.

Sin el PACTO los legisladores del PRD PT MC no podrían mover un dedo a favor del país. La mayoría prianista los aplasta en cualquier oportunidad.

No podemos seguir eternamente en la confrontación pues, como vimos el sábado, siempre será manejada de tal manera que sirva para perjudicar a la gente de buena fe que lucha por un cambio real en el país.

Hay que ponerse a trabajar de tú a tú con los legisladores de la derecha, que en el discurso se muestran como hermanas de la caridad pero que en los hechos siempre levantan el dedo en perjuicio de la gente.

Busquemos que se respeten las aportaciones que el PRD ha puesto como condición, todas ellas pensando en el beneficio social y la defensa de nuestra soberanía, de nuestras  riquezas naturales y de nuestros derechos.

Adjunto la visión con la que el PRD se suma al Pacto.

PACTO POR MÉXICO

Visión

México tiene una sociedad plural. Sus fuerzas políticas representan a millones de mexicanos que les han otorgado con su voto el mandato de representarlos. En las cámaras del Congreso de la Unión, en las entidades federativas y los municipios, así como en el Poder Ejecutivo Federal se expresa la diversidad que debe ser reconocida por todos.

Hoy, ninguna fuerza política puede, por sí sola, imponer su propia visión ni un programa único. Las reformas que el país necesita no pueden salir adelante sin un acuerdo ampliamente mayoritario.

El Estado mexicano tiene ante sí retos de proporciones mayores. La situación económica en varias regiones del mundo se deteriora con gran rapidez. México cuenta con instituciones políticas, económicas y financieras que le han permitido sortear con estabilidad y certeza esta difícil situación mundial. Sin embargo, el país debe seguir tomando medidas preventivas para hacer frente a las posibles contingencias que se le presenten. En este contexto, México cuenta con condiciones favorables que debemos aprovechar.

La creciente influencia de poderes fácticos frecuentemente reta la vida institucional del país y se constituye en un obstáculo para el cumplimiento de las funciones del Estado mexicano. En ocasiones, esos poderes obstruyen en la práctica el desarrollo nacional, como consecuencia de la concentración de riqueza y poder que está en el núcleo de nuestra desigualdad. La tarea del Estado y de sus instituciones en esta circunstancia de la vida nacional debe ser someter, con los instrumentos de la ley y en un ambiente de libertad,  los intereses particulares que obstruyan el interés nacional.

Nuestro largo proceso de transición democrática debe culminar. Las diferencias políticas y la legítima aspiración de acceder al ejercicio del poder mediante el voto, no deben impedir que las diversas fuerzas políticas logren acuerdos que coloquen los intereses de las personas por encima de cualquier interés partidario.

Necesitamos concentrar nuestras acciones en culminar la transición democrática y orientarla hacia las metas de bienestar social, libertad personal y seguridad a las que siempre hemos aspirado. El país requiere un pacto integral, profundo, de largo alcance que consolide a México como una democracia política y socialmente eficaz.

Por ello, los que suscribimos el Pacto por México, hemos acordado profundizar el proceso de democratización del país con base en tres grandes ejes rectores:

. El Fortalecimiento del Estado Mexicano.

. La democratización de la economía y la política, así como la ampliación y aplicación eficaz de los derechos sociales.

. La participación de los ciudadanos como actores fundamentales en el diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas públicas.

Este nuevo avance requiere de un Pacto Nacional que comprometa al gobierno y a las principales fuerzas políticas dispuestas a impulsar un conjunto de iniciativas y reformas para realizar acciones efectivas para que nuestro país mejore.

Este Pacto debe formarse con los puntos coincidentes de las diversas visiones políticas de México. El Pacto debe construir un espacio común para realizar los cambios que el país necesita y que ninguna fuerza política puede llevar a cabo por sí sola.

Este Pacto Nacional no elimina las diferencias ni la competencia política. No pretende ignorar que venimos de una intensa lucha electoral en la que confrontamos programas de gobierno y disputamos el voto de los mexicanos. Pero una vez terminada la contienda electoral, calificada la elección e instaladas las cámaras del Congreso de la Unión, ha llegado el momento de asumir nuevas responsabilidades comunes con México.

Este Pacto pretende sentar las bases de un nuevo acuerdo político, económico y social para impulsar el crecimiento económico que genere los empleos de calidad que demandan los mexicanos y construir una sociedad de derechos que ponga fin a las prácticas clientelares, ampliando los derechos con perspectiva de género y transversalidad, así como materializando los que ya están consagrados en la Constitución para generar bienestar para toda la población, disminuir la pobreza y la desigualdad social. Por ello, se suscribe este Pacto por México que contiene cinco grandes acuerdos:

1.    Sociedad de Derechos.

2.    Crecimiento Económico, Empleo y Competitividad.

3.    Seguridad y Justicia.

4.    Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción.

5.    Gobernabilidad Democrática.