El día de ayer, el INEGI informó que el año pasado fue el más violento en el sexenio de Felipe Calderón, el número de homicidios en México fue de  27 mil 199, algo impresionante, que llega a expresar tintes que rayan en el terror. A esto se le llama violencia cotidiana. 

Este tipo de violencia es la que presentan más los medios de comunicación, en ocasiones más con fines sensacionalistas que informativos. Este clima de inseguridad que vive el país es una preocupación cotidiana de los mexicanos, lo más grave es que los delitos quedan sin castigo.

Todos tenemos un experiencia que contar en el ámbito familiar respecto a la inseguridad, el 80% de los mexicanos que sufren un delito no denuncia el crimen y, de las denuncias que se hacen, solo el 2% terminan con un criminal encarcelado. 

Se estima que existen 500 mil mexicanos involucrados directamente con la delincuencia organizada y dispuestos a matar, parte de la cultura cívica. Matar en México es barato, es fácil, es un fenómeno cotidiano. El 98% de los delitos quedan impunes, cifra del CIDAC citada por el analista político Sabino Bastidas.

¿En dónde están por ejemplo, las averiguaciones previas de los 27 mil 199 muertos en el 2011? Hay una gran desconfianza hacia las instituciones. Algo que preocupa, es que el 49%  de los mexicanos piensa que "violar la ley no es tan temible, lo malo es ser sorprendido" (Consulta Mitofsky). 

Felipe Calderón equivocó la estrategia, se hizo una estrategia que generaba más violencia, no fue integral, no desmanteló la parte financiera de los carteles. Parte del problema de la violencia y la impunidad está en los gobernadores y presidentes municipales. 

Enrique Peña Nieto ha reaccionado con tres reformas para combatir la corrupción y la opacidad gubernamental:

1. Ampliar las facultades del IFAI para también trasparentar a los gobiernos estatales y municipales, así como los poderes Legislativo y Judicial. 

2. La creación de una instancia ciudadana y autónoma que supervise la contratación de publicidad entre los gobiernos y los medios de comunicación.

3. La fundación de un órgano con autonomía constitucional que tenga facultades para investigar y sancionar actos de corrupción de los tres órdenes de gobierno y de los Tres Poderes de la Unión. 

Además, Peña, tiene una nueva estrategia nacional para reducir la violencia, buscando la prevención del delito, incluyendo a todos los actores y sectores de la sociedad,  permitiendo la cooperación internacional en la materia, aunado a una policía profesional y cercana a la gente.

Hay más propuestas  en cuestión de seguridad, como una policía estatal única. Por otra parte, si pretendemos que el Gobierno Federal solucione todos los problemas estamos equivocados, por eso Peña trata de involucrar a la sociedad civil, que hoy es posible y hace 20, impensable.

La participación ciudadana fortalece nuestro régimen democrático y garantiza una mayor pertinencia y eficacia de las políticas públicas. México nos necesita juntos: gobierno, medios de comunicación masivos y sociedad civil.