(…“Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla…”)

1.- Que se llevó a cabo una elección plagada de irregularidades.

2.- Que en efecto, como se pronosticó tanto localmente como en el extranjero, si se impone al PRI, gana el narco.

3.- Que el 1% de los individuos de la nación pretenden seguir sirviéndose con la cuchara honda, mirando de reojo y con desprecio a un pueblo devastado.

4.- Que de dejar ser al PRI, sin la transparencia debida frente a los ciudadanos, seguiría la corrupción velada, los jugosos negocios  públicos fraguados bajo la oscuridad y a nuestras espaldas.

5.- Que de volver a controlar a la nación el PRIAN pero ahora colocado el PRI arriba en la cópula, seguiríamos siendo manoseados por  Molinar Horcasitas, por Lozano Alarcón,  por los Zavala y los Calderón pero bajo la batuta de los Salinas de Gortari, de los Hank Rhon, de los Romero Deschamps, de los Montiel y los Moreira.

4.- Que se han embullado  los “grandes inversores macroeconómicos” tras la declaración presidencial  del aparato a favor del PRI,  en el colmo de la rapiña convenenciera y la doble moral.

5.- Que seguiríamos atascados (de aceptar esta nueva intención fraudulenta fuera de ley) en la misma falta de transparencia, en la descubierta simulación, en el comprobado engaño, en el abuso de autoridad, en el tráfico de influencias, en el soborno y la tranza.

6.- Que de instalarse de nuevo esta mafia pescada en el ilícito, sin juicio que los inculpe, quedaríamos en manos de los mismos dirigentes pragmáticos e inconscientes que se venden al mejor postor nunca en pos del beneficio público sino del privado.

7.- Que en efecto las televisoras, los informativos y sus falsas encuestas (quienes  por boca de Ciro Gómez Leyva ya lo han aceptado cínicamente) coparticiparon en el acto de timar a la ciudadanía, en conjunto con el predominio de los gobernadores del PRI a quienes se les asignaron  y exigieron cuotas de votos “garantizados” para ejecutar la inaceptable movida electoral. 

8.- Que la democracia en México pretende no dejar de ser como la acuñó Felipe Calderón, “..Haiga sido como haiga sido…”  y justo es esto, acumulado con lo sucedido en el 2006, lo que desbordará las aguas.

9.- Que los millones de inconformes defraudados en este proceso electoral 2012,  poseen toda  la libertad para hacer lo conducente y no permitir una continuación del control dictatorial impuesto en una clara elección de Estado, evidenciada con impresionante cinismo por Fox, Calderón y la propia sacrificada Vázquez Mota, quien se proclamó sonriente perdedora antes del conteo preliminar.

10.-  Que “Sólo el pueblo salvará al pueblo”.  Así que, todo dependerá de la fuerza de la resistencia, de la acumulación del hartazgo, de la insurgencia de los jóvenes y viejos de México comprometidos, a quienes para ello,  no será necesario exhortar.   

11.- Que los millones que votaron por el cambio verdadero, serán quienes exigirán la contabilidad exacta de sus votos, quienes habrán de impugnar la inconstitucionalidad de la elección, porque vale esta exigencia siendo que la ley lo ampara bajo comprobación de ilegalidad descarada, permaneciendo en pie de guerra.

12.- Que dadas las circunstancias y por el absoluto respeto que profesa AMLO por México y por la mayoría de los ciudadanos que luchan por la institución de la ética y del Estado de Derecho pisoteado sin tregua, es su responsabilidad luchar al lado nuestro. No nos callarán, no nos detendrán, ni a él ni a nosotros.