Un nuevo reporte (vía MacRumors) del confiable Ming-Chi Kuo, analista de KGI Securities, afirma que la próxima generación del iPhone tendrá una pantalla OLED de 5.8 pulgadas, de los cuales 5.15 pulgadas servirán para visualizar contenido, mientras que la parte inferior se usará para alojar a lo que llaman un “área de funciones”.

Este espacio probablemente esté dedicado para integrar botones virtuales y un sensor para reconocer las huellas dactilares debajo de esta, ofreciendo junto a la pantalla una superficie lisa e uniforme. La resolución de la pantalla completa será de 2,800x1,242 píxeles, mientras que sin el área funcional será de 2,436x1,125 píxeles.

Este acomodo también permitirá que el equipo tenga una pantalla de ese tamaño en un cuerpo más pequeño, casi como el de uno de 4.7 pulgadas, además de integrar otras tecnologías biométricas, las cuales no fueron especificadas.

Precisamente esta sería el equipo que podría costar más de mil dólares, el único de los tres posibles lanzamientos de Apple este año en incluir todas las novedades, mientras que los otros dos serán únicamente una versión actualizada de 4.7 y 5.5 pulgadas de la generación actual.