Como parte de la investigación sobre el tráfico de influencias que resultó en el juicio político de la presidenta Park Guen-Hye de Corea del Sur, la fiscalía de ese país solicitó el arresto de Lee Jae-yong, el vicepresidente de Samsung acusado de soborno por haber aprobado transacciones ilícitas.

Samsung, que apenas se recupera del golpe que fue para sus finanzas el retiro escandaloso del Galaxy Note 7 del mercado, representa el 20 por ciento del Producto Interno Bruto en su país, por lo que la detención del heredero de la compañía podría tener un gran impacto importante en la economía surcoreana.

Jae-Young fue interrogado durante 22 horas la semana pasada en relación con la inculpación de Choi Soon-Sil, amiga de la presidenta que utilizó su relación con esta para obtener enormes cantidades de dinero sobornando a grandes compañías, a través de la creación de fundaciones privadas.

Se cree que Samsung proveyó de al menos 36.2 millones de dólares (423 millones de wones) a las fundaciones de Choi, entre los que se encontraba el financiamiento del entrenamiento en Alemania de jinetes surcoreanos, una de ellas hija de la acusada.

Presuntamente, los favores monetarios a Choi y Park tuvieron como objetivo el que se aprobara la fusión de dos unidades del grupo, algo que aún no se ha terminado de comprobar, pero que a causado los arrestos de los ex ministros de Cultura y de Asuntos Sociales, un ex director del gabinete presidencial y un profesor de universidad.

Con información de AFP.