México.- Polémica y duras críticas han generado en expertos el resultado de un estudio francés el cual arroja que las ratas alimentadas durante toda su vida con maíz transgénico de Monsanto o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido, Roundup, sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos. 

De acuerdo con la agencia Reuters, Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y colegas, señalaron que los animales alimentados con una dieta que contenía NK63, variedad de semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de Roundup, o a las que se dio agua que contenía ese químico, permitido en Estados Unidos, murieron antes que las que siguieron una dieta normal. 

Las ratas bajo dieta genéticamente modificada sufrieron tumores mamarios, así como daños severos en hígados y riñones. 

De acuerdo con el estudio publicado en la revista Food and Chemical Toxicology y presentado en una conferencia de prensa en Londres, los investigadores dijeron que 50% de los machos y 70 de las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo 30 y 20% en el grupo de control. 

La agencia destaca que Monsanto no estuvo disponible de inmediato para realizar comentarios; no obstante, anteriormente había dicho que sus productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de riesgos para la salud de los humanos o animales derivados del consumo de cultivos transgénicos. 

Mientras los transgénicos son muy poco populares en Europa y muchos otros países, dominan los cultivos claves de Estados Unidos luego de que Monsanto introdujo en 1996 soya genéticamente modificada para tolerar su fertilizante Roundup. 

Especialistas advirtieron tener mucho cuidado al sacar conclusiones de la investigación. 

Tom Sanders, jefe de la división de investigación de ciencias nutricionales del Colegio Real de Londres, señaló que el equipo de Seralini no había proporcionado ningún dato sobre qué cantidad de alimento recibieron las ratas o cuáles eran sus tasas de crecimiento. 

“Estas ratas son muy propensas a los tumores mamarios, particularmente cuando no se le restringe la ingesta de alimentos”, dijo. 

Por su parte, Mark Tester, profesor de la Universidad de Adelaide, en Australia, dijo que los resultados del estudio generaban la duda de por qué ninguna investigación anterior había despertado preocupaciones similares. 

“Si los efectos son tan graves como se propone y si el trabajo es realmente relevante para los humanos, ¿por qué los estadunidenses no están cayendo como moscas? Los transgénicos han estado en la cadena alimenticia durante más de una década allí, y la longevidad sigue aumentando inexorablemente”, comentó en correo electrónico. 

Mientras algunos respaldan los cultivos transgénicos, los críticos argumentan que la información disponible sobre los efectos a largo plazo aún es limitada, ya que los cultivos han estado en el mercado sólo por alrededor de 15 años. 

Seralini cree que sus estudios más recientes en ratas aportan un punto de vista más realista y mejor documentado sobre los riesgos de los ensayos de alimentación durante 90 días que forman la base de las aprobaciones de cultivos modificados, ya que tres meses es sólo el equivalente de la primera fase de la edad adulta en ratas. 

El francés José Bove, vicepresidente de la comisión de agricultura del Parlamento Europeo y conocido opositor de los transgénicos, pidió la suspensión inmediata de todas las cosechas y autorizaciones de importaciones de cultivos genéticamente modificados en la Unión Europea (UE).