Fuera de sí, una madre residente de Japón arrojó a su pequeña hija al suelo y le propinó tres patadas para que dejara de llorar.

El hecho ocurrió el pasado 24 de febrero en la provincia de Guangdong, en China y fue captado por un transeúnte que lo compartió en redes sociales, donde alcanzó al menos ocho millones de reproducciones.

De acuerdo con las autoridades, se trata de una mujer de 27 años que ya recibió una advertencia de palabra. La niña ahora se encuentra bajo custodia de sus abuelos.