La fiscalía italiana declaró culpables de homicidio a cinco médicos del Hospital de Perugia, que participaron en la cirugía de Gino Pucciarelli, de 48 años, con el que posteriormente tomaron alcohol sin respetar el ayuno preoperatorio.

El hombre se sometió a una extirpación de amígdala en julio de 2015, pero ocho días más tarde fue ingresado de nuevo a causa de una hemorragia que lo condujo a la muerte, informa 'Il Corriere Della Sera'.

No obstante, una fotografía tomada en la sala de operaciones hizo sospechar a su familia de una posible negligencia. Se trata de una selfie en la que dos doctoras sonríen frente al paciente.

Tras una investigación, las autoridades descubrieron que un día antes de la primera operación, el varón asistió a una reunión en casa de una de las cirujanas que lo operaría, y que resultó ser su amiga.

De acuerdo con las conversaciones de un grupo de WhatsApp llamado 'Secuestro Gino', los invitados cenaron pasta y bebieron 'prosecco'. Además, al termino de esta optaron por dirigirse a un bar y tomar un par de cervezas.