Amante del cosplay, June Rivas asistía disfraza a su trabajo al menos una vez por semana, hasta que su jefa la reprimió.

Como la empresa no tiene código de vestimenta, Rivas preguntó cuál era la forma "correcta" de vestirse, y la respondieron que "limpia y planchada".

Sin embargo, cuando la vieron con una cola de cabello, la obligaron a soltársela. Entonces, se colocó un pañuelo en la cabeza, idea que tampoco le pareció a su jefa.

Fue ahí cuando presentó una denuncia de acoso con el departamento de Recursos Humanos, pero en respuesta, la empresa agregó un nuevo código de vestimenta donde se prohiben los sombreros, escotes, sandalias, encajes, correas, etc. 

Derivado de ello, la mujer se quejó ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos y aunque aún no hay avances de la demanda, su publicación en Facebook se viralizó rápidamente.