Autoridades de Delmenhorst, Alemania, condenaron a cadena perpetua a Niels H., un enfermero acusado de asesinar a dos personas y sospechoso de terminar con la vida de otras 33, a quienes inyectaba sobredosis de medicamentos por "aburrimiento".

En 2008 ya le habían dictado siete años de presión por intento de homicidio y, tras confesar a un psicólogo que había asesinado a varias decenas de pacientes, su proceso se reanudó.

De este modo, se exhumaron y analizaron 99 cuerpos, pero planean estudiar varios centenares de casos de otros pacientes que fallecieron en el centro sanitario en el que trabajaba.

Derivado de las sobredosis, Niels llevaba a sus víctimas al borde de la muerte e intentaba reanimarlas para demostrar que era "todo un profesional"... Por supuesto, sus esfuerzos muchas veces eran en vano.

Con información de RT.