Francia.- Vincent Lahouze se enfrentó a una situación que cada día parece cobrar más víctimas y también indignación.

- NOUVEL ARTICLE - Hier soir, j’ai pris le métro, comme chaque jour. Et fidèle à mes habitudes, je n’ai pas mis les é...Posted by Vincent Lahouze on Friday, April 22, 2016

"De lejos, se podría haber pensado que era una pareja de jóvenes discutiendo", escribe Lahouze en un post titulado "Toi, j'vais te baiser" (A ti, a ti te voy a follar), en su blog "Artiste comptant pour rien" (Artista que no vale para nada).

"El hombre estaba a unos centímetros de la joven, con la mano en su puño, y parecía estar soltándole un largo monólogo para convencerla de quedarse", prosigue. Eran las 18:45 en la línea A, estación Esquirol. Hora punta. Pero, aparentemente, al hombre en cuestión le daba igual.

Aquí el relato 

"Seguramente era una historia de infidelidad. Eso es lo que creí, al principio. Pero había algo en la mirada del hombre que me hizo cambiar de opinión. Entonces me acerqué unos metros, discretamente. La joven tenía la cara girada hacia el cristal, como paralizada. Me acerqué un poco más para oír lo que el hombre, pegado a ella, le decía. ('A ti, a ti te voy a follar, sí, oh, sí, va a ser sexo sucio y te va a gustar, claro que sí, mmmm, así que escucha lo que te digo, putita, responde, zorra, sé que tienes ganas, lo he visto en tu mirada de perra en celo, no te tenías que haber puesto falda si no querías, sí, te voy a follar…'). Y la chica no decía nada, con la mirada fija en su reflejo, sin sonrisa, petrificada".

"Sinceramente, es terrible la forma en el que el miedo nos paraliza en esas situaciones. Pero entonces me senté a su lado y, cruzando la mirada de la chica, le dije: '¡Hey, Camille! ¡Hace un montón que no te veía! ¿Qué tal todo, prima?', y, girándome hacia el hombre, con una gran sonrisa, comenté: 'Espero no molestar…' Estas palabras fueron suficientes para que la joven volviera en sí, se diera cuenta de lo que yo intentaba hacer y siguiera con la breve comedia familiar. Inmediatamente, el hombre retiró su mano de encima de ella, como si acabaran de cortar los hilos de su marioneta, como si acabara de quemarse por el contacto con la piel de la chica. Y, sin decir palabra, se levantó y salió del metro sin mirar hacia atrás".

¿Por qué su reacción?

El autor de la publicación afirma que no escribió el texto para vanagloriarse. "Decidí contar los hechos porque me parece necesario no acallar este tipo de actos. Es un acto ciudadano banal que todo el mundo debería hacer, en lugar de girar la cabeza como si eso no fuera con ellos", comentó para BuzzFeed.

Con información de El Huffington Post