México.- 'El Harrys' es un perro labrador de color chocolate que trabaja en la Unidad Canina de la Policía Operativa del Estado de Coahuila, sus dueños lo llevaron porque ya no podían con él.

Tres años de entrenamiento y trabajo lo han convertido de un cachorro hiperactivo en uno de los elementos más profesionales de la Unidad para la detección de drogas y cadáveres.

Hace nueve años, en el patio exterior del Centro de Readaptación Social (Cereso) varonil de Saltillo inició la historia del Centro de Adiestramiento Canino de la Unidad Desconcentrada de Ejecución de Penas y Reinserción Social del Gobierno de Coahuila, donde el jefe de Formación de la Unidad Canina Penitenciaria, Luis Jaime Flores Moreno, entrena perros que la gente dona para que se vuelvan animales de trabajo.

El Centro de Adiestramiento Canino cuenta con dos módulos de jaulas, una caseta?oficina, una especie de estacionamiento con carcasas de vehículos que se emplean para el entrenamiento de los perros, y un área verde.

De acuerdo con Luis Jaime, perros como el pastor alemán, el belga malinois, los pastores holandeses o el golden retriever, son del tipo que "destruyen todo" porque son de presa y en el Centro, en lugar de quitarles la cualidad, la entrenan para que puedan detectar o proteger.

Los perros juegan cuando trabajan, porque en realidad buscan un juguete que tiene un aroma específico que se identifica con una sustancia, "piensa (...) que anda buscando su juguete", añade el entrenador.

El Centro de Adiestramiento Canino abastece de perros policía a la entidad, animales que son especialistas en detección de drogas, cadáveres y explosivos no sólo en las prisiones, sino en los destacamentos de la Policía Operativa del Estado.

En la actualidad el entrenador tiene a su cargo a 17 perros de razas grandes que se encuentran en proceso de selección, así como a 38 destacamentos en los distintos centros penitenciarios y la Policía Operativa, señala el diario Vanguardia.

El adiestramiento de un perro de narcóticos, contrario a la creencia popular, no implica que el perro sea drogado o que devore gente para identificar cadáveres: "es imposible que pueda ser así, el perro no sabría qué pasa".

El aprendizaje se da mediante la asociación de un juguete y una muestra denominada seudoaroma, químico en polvo que es parecido al talco, no es tóxico y tiene un olor a drogas, cadáveres o explosivos.

En el inicio, el Centro de Adiestramiento Canino tenía un convenio con la desparecida oficina de Control Canino Municipal de donde seleccionaba y rescataba perros con cualidades para el adiestramiento policial. Actualmente se busca que la unidad extienda el convenio al Centro Antirrábico de Saltillo para evitar el sacrificio de animales.