No hay nada más asqueroso (aparte de las cucarachas), que ir al baño, destapar la tapa y encontrarte con una rata nadando en el agua del inodoro... Causa terror incluso imaginarlo pero, ¿crees que esto es posible? ¡Por supuesto que sí!

Aunque tú seas una persona súper higiénica y mantengas limpia tu casa, el cuerpo de las ratas está diseñado para doblarse y escurrirse prácticamente en cualquier lugar que les de la gana, pues además de que han vivido por años en alcantarillas y sistemas de drenaje, sus garras les permiten escalar por paredes verticales.

Además, según un programa de National Geographic, sus costillas y espina dorsal son tan flexibles que pueden entrar por todo tipo de espacios, pero eso no es todo, son capaces de nadar hasta por tres días seguidos y sumergirse en el agua por más de tres minutos... Así que si le jalas a la cadena, lo más seguro es que no se vaya.

Con información de Sopitas.