Reino Unido.- En el 2013, la vida de Alew Lewis giraba alrededor de su familia y un bar que atendía en Inglaterra, sin embargo lo que comenzó como una "gripe" lo dejó sin brazos ni piernas. 

El hombre sufrió una infección estreptocócica de tipo A que inició como los síntomas de un resfriado. 

La enfermedad penetró en sus tejidos y órganos y propició el envenenamiento de su sangre, o sepsis, que supone un riesgo vital y causa fallo multiorgánico.

La piel de sus brazos y piernas y de parte de su cara se puso negra y gangrenosa.

Los medios le informaron que para mantenerlo con vida, tenían que amputarle el brazo izquierdo, luego las dos piernas,y aunque una operación de más de 17 horas intentó salvar su otro brazo, también fue derrotado por la enfermedad. 

"Me ha hecho pensar de forma distinta sobre ser padre, ser pareja y ser humano", explica el hombre de 34 años. 

Lewis asegura que ahora es más feliz que cuando tenía todo su cuerpo funcionando, pese a que tuvo que dejar su pub y ahora depende también de una fundación que lleva su nombre. 

Además de sus brazos y piernas mecánicas, el hombre utiliza una prótesis facial, pues sus labios y nariz también fueron afectados. 

"Puede ser triste, pero simplemente pienso que es increíble lo que es capaz de superar el cuerpo humano", dice.

Con información de BBC