Otro fracaso en el cubetazo de agua helada. Isabelle Roberts, originaria de Tipton, en el Reino Unido, gritó tan fuerte debido a la baja temperatura del agua, que se dislocó la mandíbula.

En declaraciones al diario Express and Star, la joven mujer señaló que "el agua estaba tan helada que grité y me di cuenta que mi quijada estaba trabada".

"Traté de cerrar mi boca, pero no cerraba, estaba trabada y entonces me di cuenta que algo pasaba", agregó.

La joven fue llevada a un centro de urgencias, en donde finalmente un par de doctores lograron acomodarle la quijada, por lo que a fin de cuentas todo quedó en un "oso" y una mala experiencia.