Sin querer, una profesora novata dio a sus alumnos una de las enseñanzas más grande de la vida: no beber alcohol en horas de trabajo.

El "detalle" está en cómo ofreció dicha lección. Lorie Ann Hill se presentó a su primer día de trabajo como maestra en la Wagoner High School, en Phoenix, en estado de ebriedad y sin pantalones.

Tal era la apariencia de la profesora que compañeros de su nuevo trabajo impidieron que entrara al aula, para evitar bromas y semejante espectáculo ante sus alumnos.

Así, la llevaron hasta la sala de profesores, le dieron unos pantalones y esperaron a que se le bajara un poco la borrachera. Pero también acudió la policía.

"La encontramos bastante desorientada al llegar al instituto", expresó Bob Haley, el jefe de la policía de Wagoner, quien abundó que otros profesores "ya le habían conseguido un pantalón corto" cuando él la encontró.

Más tarde la misma profesora confesó que había estado bebiendo vodka antes de llegar al trabajo. Incluso, encontraron una botella en su coche.

El incidente causó gran revuelo, tanto, que el director cerró la escuela unos días.

Por difícil que parezca, la maestra no fue despedida, sino solamente enviadas unos días a casa para reponerse de la resaca.