Construcciones de un antiguo asentamiento Maya de 2 mil 300 años de antigüedad, fueron destruidas por el propietario del predio donde se ubicaban para construir un rancho.

De acuerdo con Reforma, los templos y estructuras en una superficie de 70 por 70 metros, la mayor de las cuales medía 3 metros de alto, fuerno completamente destruidas por maquinaria pesada, lo cual constituye un delito.

La pérdida total e irreparable del patrimonio histórico fue ratificada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

No sólo eso; luego de que se destruyeron las estructuras se improvisó un cerco alrededor del predio usando las piedras labradas por los antiguos Mayas.

Las estructuras destruidas son siete en total y dos altares, uno cuadrangular y otro circular, que estaban sobre la Plaza Principal.El dieño del terreno, de nombre Ricardo Ascencio Maldonado, y presidente de la Sociedad de ex-alumnos del Tec de Monterrey en Mérida, alegó desconocer la existencia de ruinas arqueológicas en el predio que compró hace tres meses.