La semana pasada, la Suprema Corte de

Justicia sentenció que Grupo Radio Centro debe pagar a José Gutiérrez Vivó más

de 21 millones de dólares. Luego del largo conflicto judicial entre Inforedy GRC, nuevamente otra instancia legal (esta vez la más alta) le

vuelve a dar un revés al intocable empresario Francisco Aguirre.

El conflicto se ha hecho laberíntico. No

se sabe por dónde comenzar o por dónde terminará. Sin embargo, lo que sí se

sabe es que la familia Aguirre, encabezada por Francisco, no tiene la más

mínima intención de pagar el adeudo a Gutiérrez Vivó; y está decisión de la

Corte, se la pasará una vez más por el arco del triunfo.

El viernes pasado, la periodista Carmen

Aristegui entrevistó en su programa radiofónico a José Gutiérrez Vivó. En

aquella entrevista, se abordó el tema de la resolución de la Corte y el

entrevistado explicitó la campaña de linchamiento en su contra. Una radiografía

clara y precisa que levantó escozor entre quienes fueron mencionados, como fue

el caso del porro secretario Javier Lozano y el sindicato charro de la

industria de la radio y la televisión.

De inmediato, las huestes de estas

personalidades señaladas, levantaron la voz con toda serie de descalificativos

hacia Gutiérrez Vivó, con el único argumento de que como empresario falló.

Incluso el propio Lozano Alarcón, haciendo uso del derecho de réplica en el

programa de Aristegui, dijo desconocer el trabajo y la historia del

comunicador, lo cual es verdaderamente absurdo y risible, porque no hay persona

en este país que bien o mal, conociera la influencia de Gutiérrez Vivó.

Lo cierto, es que la salida del aire de

Gutiérrez Vivó fue una maniobra orquestada desde la casa presidencial, primero

por la incomodad que causó a la administración de Fox; y luego por las ventajas

que tenía deshacerse del periodista, en el gobierno del microscópico Calderón.

Sin embargo, lo interesante es observar la estrategia de linchamiento del

gobierno federal, que junto con la familia Aguirre y los opinadores cómplices

del sistema, en contra de Gutiérrez.

Principalmente se le quiere distinguir al

periodista del empresario, porque se sabe que periodísticamente no podrían

cuestionar a Gutiérrez Vivó, pero sí como empresario. Y es que los dueños de los

medios no aceptan que un periodista entre a su club reducido de privilegios; si

observamos hay una clara diferencia entre periodistas y dueños de medios y

estos cauces no convergen. Por tanto, la idea fue aniquilarlo como empresario.

Le cortaron el suministro de publicidad gubernamental y aquellas empresas que

se quisieron jugársela con MONITOR, fueron recibiendo feroces auditorías de

Hacienda; incluso se llegó mediante un regicidio empresarial a quitarle la

frecuencia de los 1560 kilohertz.

El tema es tan complejo, que dedicaré

subsecuentes entregas al tema Gutiérrez Vivó. Falta observar el lado de los

trabajadores, el intocable Francisco Aguirre, el sindicato charro y la

posibilidad del regreso a la radio mexicana.

twitter: @juanjosesolis