Una noticia optimista para aquellos que anhelamos la regeneración de la vida pública nacional, fue el anuncio de que el Partido del Trabajo, luego de las razones y recomendaciones expresadas por AMLO para comunicarles la pérdida de la credibilidad, la falta de ética que significaría tomar parte de las alianzas con la mafia, se ha detenido a recapacitar su incursión en ellas.

No me queda duda que el líder será escuchado. Si así fuese, se reunificaría la auténtica izquierda hoy desperdigada, bajo las siglas del PT-AMLO. Contaría con el apoyo de los miembros del FAP. Se desprendería finalmente de la cloaca en la que Ortega convirtió al PRD acarreando a los "débiles" hacia el campo enemigo. Los liberaría de la confusión que ha causado dicha degeneración pactada por conveniencia. Traición al grueso de la población que nos habíamos volcado en la esperanza de comenzar a labrar el camino hacia la justicia social con el triunfo obtenido y coartado por la oligarquía, en el 2006.

El reciente peregrinaje de AMLO por Oaxaca acompañado de Gabino Cué, creó una noción generalizada en el estado de que cuando menos para alguien, ellos, los más pobres, los más marginados del país, importan y serán tomados en cuenta prioritariamente. Pero Cué requiere del apoyo de AMLO para vencer en Oaxaca, quien ya declaró su rechazo a la alianza con el PAN. Tendrá que reafirmarle al pueblo oaxaqueño el apoyo incondicional a la candidatura presidencial del apreciado dirigente social. Después, será menester deslindarse de inmediato de las políticas inaceptables del PAN para ratificar la confianza de la gente. Y aún así, la turbiedad de esta campaña, declina el posible éxito de Cué. El pueblo se pregunta por qué no van solos los partidos del FAP en Oaxaca. De quién o de dónde viene la presión para hacer campaña junto a los depravados. La invención de que necesitan de ellos para ganar esa y otras gubernaturas.

Este tema PT-AMLO 2012 en el que lucubramos, ciertamente le habrá puesto los pelos de punta a la oligarquía quien prefiere a Ebrard o a cualquier otro como contrincante menos al tabasqueño, pues saben bien es el único que levantaría de inmediato la popularidad, la esperanza renovada hacia el triunfo de la resistencia civil pacífica. Es a él a quien le temen. A quien seguirán intentando infructuosamente destruir. Pero la población lo protege y lo defiende porque reconoce a quien no los ha defraudado. A quien permanecerá a su lado. Al que no vende la patria.

Estarán nerviosos urdiendo, tramando, qué más hacer para impedirnos la expansión imparable que produciría la redirección tomada hacia esta postulación.

Se restablecería la fe ciudadana hacia un proyecto socioeconómico incluyente.

A pesar de que esta unión de las fuerzas de izquierda provocaría el acecho del PRIAN, la embestida ya no nos asusta. Porque contrastando con el patrón corrupto ya conocido y aportado sin tregua a la vida pública por ellos, se respirará el aire fresco de quienes portan con orgullo la fuerza que emana de un hecho demostrado: Que el compromiso ofrecido en garantía y que será activado a todo vapor una vez ganada la presidencia constitucional por AMLO, estará relacionado estrictamente, con el bienestar del pueblo de México, quien exigirá con su voto, se cristalice finalmente su coartada oportunidad de elegir.