Actualizo mi columna enseguida.

Leo a periodistas tradicionales decir, en este momento de crisis por la desaparición del panista Diego Fernández de Cavallos, que debe ser analizado lo que ha ocurrido en Twitter. Dan a entender con eso que los tuiteros han desinformado y que, por lo mismo, el manejo de las noticias tiene que seguir siendo un monopolio de los medios de siempre.

Nada más falso. Porque lo único que sabe hasta el momento, que el Jefe Diego fue secuestrado, lo dieron a conocer las redes sociales mucho tiempo antes que los medios tradicionales y que el propio gobierno.

Fuera de eso, las versiones exactas e inexactas las han hecho correr por igual los periodistas tradicionales como los tuiteros comunes y corrientes.

Tiene razón el nuevo Robin Hood: los grandes medios cuya propiedad se concentra en muy pocas manos siguen siendo el enemigo.

Leí en el blog de un tal Florencio F. Boglione que, en una conferenciade prensa, el actor Russell Crowe "despotricó contra los mediosdiciendo que Robin Hood podría ver las cosas de una manera muy

distinta de estar vivo hoy".

¿Qué dijo Crowe, que ha vuelto a la fama por su papel de Robin Hood enla película que recientemente abrió el festival de Canes? Losiguiente:

"¿Sería él (Robin Hood) político? ¿Se enfocaría en ciertas figuras ytrataría de derribarlas? ¿Sería económico su objetivo? ¿Miraría a WallStreet y las enormes sumas de dinero con las que la gente se ha estadodando palmadas en el hombro, y el colapso de las hipotecas de altoriesgo? ¿O miraría lo que ustedes (los periodistas) hacen para ganarsela vida y se daría cuenta que la verdadera riqueza yace en ladiseminación de la información? Y mi teoría sería, si Robin Hoodestuviera vivo hoy, vería la monopolización de los medios como elmayor enemigo".

Al margen de que en el mundo existen demasiados gobernantes Hood Robin(Robin Hood al revés, o sea, los que roban a los pobres y ayudan a losricos), lo cierto es que estos políticos tan corruptos comoautoritarios no sobrevivirían en los sistemas electorales modernos(basados en votaciones que no llegan a ser del todo libres porqueestán dominadas por la propaganda) sin la complicidad de los grandes

medios de comunicación cuya propiedad, por desgracia, está muyconcentrada.

El gran problema de nuestro tiempo es la dictadura mediática ejercidapor unos cuantos hombres y mujeres económicamente muy poderosos quecontrolan diarios, cadenas de televisión, compañías de TV de paga,radiodifusoras, telefónicas y aun la industria del cine.

Internet, que es el espacio en el que se movería Robin Hood siresucitara y operara en nuestra época, es una esperanza liberadora enla medida en que no ha sido posible que sus contenidos los controlenlos que ya son dueños de los medios de comunicación tradicionales.

No, los medios tradicionales que cuentan con enormes cantidades dedinero no han logrado controlar internet, pero lo siguen intentando. Yen sus afanes invierten verdaderas fortunas.

Es un hecho que las redes sociales de internet han sido invadidas porlas gigantescas televisoras de todo el mundo, por los principalesdiarios y por las estaciones de radio de mayor audiencia. Pero esto noes, claro que no, una buena noticia.

Desde luego, no se les puede ni se les debe prohibir a los periodistastradicionales y a sus patrones participar en las redes sociales. Siesa es su apuesta de futuro, que le sigan metiendo dinero.

Lo que sí podemos y debemos hacer los ciudadanos que usamos Twitter yFacebook y el resto de los esquemas de comunicación de la red esimpedir que la dominen los grandes medios cómplices del poder.

Es decir, nuestra principal misión en la red debe ser criticar mucho alos grandes medios por sus excesos, que son innumerables y muydañinos, y festejarles poco lo que lleguen a hacer bien.